Un diseño atractivo y juvenil, aunque siempre dentro de la sobriedad
El familiar compacto mantiene esa atractiva línea que veíamos en la carrocería de 5 puertas, variando la parte trasera, como es lógico en este tipo de automóviles. El remate que se ha querido dar a la zaga es bastante sobrio, sin desmerecer en nada al resto del conjunto. Obtenemos por tanto una estética de esas que son más o menos aptas para todos los públicos y usos.
Entrando en detalle,
Opel ha sabido disimular muy bien el aumento de tamaño de este ST, que
crece hasta los 4,7 metros. Detalles como la
línea cromada que recorre todo el perfil superior del coche, ascendiendo en el pilar A, y extinguiéndose en el cruce entre el D y el portón trasero, o las
barras longitudinales de idéntico acabado, desempeñan un papel fundamental.
La zaga del vehículo ha sido una clara apuesta segura. No busca destacar, pero tampoco quiere ser el punto débil de la estética de este familiar. Las ópticas oscurecidas aportan un extra de sobriedad, y combinan a la perfección con el breve difusor inferior, en color negro, y con los biseles de la luneta trasera, que lucen igualmente este color.