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Opel Mokka X ¿Diésel o gasolina?

Una de cal y otra de arena

Opel Mokka X 

En MotorGiga hemos probado el Opel Mokka X tanto con el motor más potente de gasolina, con 152 CV de potencia, como con la única mecánica diésel, un 1.6 CDTI que anuncia 136 CV. El 152 CV es un bloque con algo más de cilindrada que el de 140 CV (1399 frente a 1364)  que también utiliza sobrealimentación por turbo, dicho bloque es el único disponible con cambio automático y tracción total para ofrecer esa potencia necesaria para poder "hacerse cargo" del aumento de peso y limitación de prestaciones que teóricamente implican ambos elementos.

Así, la oferta mecánica del Opel Mokka X se limita al comentado diésel de 136 CV y a los dos motores 1.4 turbo de gasolina, ofreciendo 140 CV para la versión manual y 152 CV para el automático 4x4, no estando el motor de mayor potencia disponible con ninguna otra configuración. El bloque diésel también se ofrece con tracción a las cuatro ruedas, pero en dicho caso no puede montar cambio automático que, sin embargo, sí que está disponible en 4x2. El cambio automático es un tradicional con convertidor de par que dispone de posibilidad de cambio manual mediante un botón ubicado en el propio pomo de la palanca.

Equipamiento de seguridad Opel Mokka X

En el interior el Opel Mokka prácticamente no ha variado en cuanto a sus cotas de habitabilidad y/o maletero, ofreciendo un espacio bastante limitado para los ocupantes de las plazas posteriores. No es que dos adultos vayan a viajar con apreturas, pero se trata de uno de los habitáculos más pequeños de entre los vehículos de su clase y tamaño. Mientras, el espacio disponible en las plazas delanteras es más que suficiente, con un puesto de conducción bastante confortable y unos asientos que sujetan bien y son bastante cómodos.

Las diferencias vienen de la mano de un salpicadero más moderno en el que la gran cantidad de botones de la versión anterior se han eliminado en favor de un sistema infotainment que dispone de pantalla táctil central con mayores posibilidades y más intuitiva. Este sistema permite tanto Car Play como Android Auto. En el exterior tampoco ha habido grandes variaciones, con pequeñas diferencias en el frontal y la trasera que a muchos usuarios les pasarán bastante desapercibidas, mientras que el equipamiento ofrece ahora más posibilidades tanto en lo que se refiere a conectividad como a seguridad. Así, además del Car Play o el Android Auto se puede contar con el sistema AFL LED de iluminación adaptativa, además de elementos como el Opel Eye, la alerta anticolisión o el sistema OnStar.

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Motor y transmisión condicionan al gasolina

 Cambio automatico Opel Mokka X

Pero lo que centra nuestra atención en esta ocasión es el modo en el que se mueve el Opel Mokka con sus motorizaciones diésel y gasolina, y hemos de decir que nos hemos encontrado con "una de cal y otra de arena". Esperábamos del motor 1.4 Turbo de gasolina una respuesta al acelerador que no hemos encontrado en ningún momento. La diferencia de peso de unos cien kilos frente al 1.4 T manual en 4x2 puede explicar parte de esta situación, pero en nuestra opinión el gran "responsable" de la misma es el cambio automático y su adaptación al motor. Con un par motor de 245 CV entre 2200 y 4400 rpm el 1.4T de 152 CV es claramente superior al 1.4T de 140CV, que se queda en 200 Nm entre 1850 y 4900 revoluciones. No obstante, dichas cifras no son suficientes para mover con suficiente soltura los casi 1500 kilos de la carrocería y encubrir el obligado resbalamiento del cambio automático.

El resultado de la comentada situación a los mandos del Opel Mokka 1.4T 4x4 automático es una respuesta lenta ante solicitudes al acelerador. Desde que el conductor presiona el acelerador hasta que el vehículo responde pasa más tiempo del esperado y, una vez conseguida la respuesta, ésta no nos hace pensar en 150 CV de potencia. El uso manual de la caja de cambios mejora en parte las sensaciones, pero tampoco en exceso. En este panorama no podemos tampoco mostrarnos muy favorables al uso de botones en la palanca del cambio para realizar un manejo manual del mismo. Cierto que pulsar para subir o bajar marchas parece bastante sencillo (y lo es) pero resulta más artificial que el habitual movimiento de la palanca, y no digamos si lo comparamos con el manejo mediante levas, que es a nuestro gusto la mejor de las opciones.

Opel Mokka X

La suspensión del Opel Mokka X en combinación con la tracción a las cuatro ruedas hace que el comportamiento básico del vehículo sea noble, aunque no puede evitar que la altura al suelo y la limitada anchura del conjunto generen un centro de gravedad relativamente elevado que propicia inclinaciones laterales a poco que realicemos apoyos decididos, y no sólo en carreteras de segundo orden, sino también cuando circulamos a velocidades poco razonables (todo hay que decirlo) en curvas de vías rápidas.

Pero los inconvenientes comentados anteriormente seguramente pasarán bastante desapercibidos para la mayoría de los usuarios, pues el cambio ofrece una respuesta suficiente y el comportamiento básico estará a la altura del tipo de conducción más habitual en este modelo. Lo que no será del agrado de la mayoría serán las cifras de consumo y la sonoridad del conjunto. En el caso de los consumos estamos hablando de cifras reales que difícilmente bajarán de los 8 litros en conducción normal y que pueden superar los 11 si somos de los que nos pesa el pie derecho, mientras que la sonoridad se ve negativamente afectada por el cambio y la respuesta mecánica, ya que los cambios de ritmo debidos a aceleraciones rápidas conllevan un aumento sonoro que no implica una respuesta proporcional en la entrega de potencia.

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Diésel automático; matrimonio bien avenido

Opel Mokka X foto trasera

Además de la motorización, la gran diferencia mecánica entre los modelos probados proviene de la tracción, que en el caso del gasolina era 4x4 y que para el diésel se ha quedado en 4x2.  Unas cosas con otras el peso se queda muy parejo entre ambos, situándose en 1481 kilos para el gasolina y 1462 para el diésel. Muchos usuarios pensarán por tanto que dada la mayor potencia del gasolina tendremos una mejor respuesta de este modelo, y dicha suposición está claramente alejada de la realidad cuando nos referimos a recuperaciones, que son las que definen las sensaciones percibidas por el conductor en condiciones normales de marcha, pues aceleración pura y velocidad máxima son valores muy vistosos pero prácticamente inútiles en el día a día.

Y es que lo importante en el caso del diésel es que estamos ante un motor que alcanza 320 Nm de par máximo ya a 2000 rpm, con lo que el resbalamiento del cambio automático, que es del mismo tipo que en el caso del motor de gasolina, pasa prácticamente desapercibido y la respuesta resulta mucho más rápida y satisfactoria sin necesidad de aumentar tanto de régimen de giro, que es el motivo por el que la sonoridad puede resultar molesta en la versión de gasolina.

En carretera la presencia de la tracción total también implica un plus de seguridad cuando las circunstancias de adherencia son más complicadas, aunque en situaciones normales podríamos hablar de un comportamiento prácticamente idéntico entre una y otra versión, con unas suspensiones relativamente duras destinadas a limitar las inclinaciones pero incapaces de eliminar las lógicas de la física: centro de gravedad elevado implica mayor inclinación de la carrocería. Donde el diésel automático no puede hacer nada frente al gasolina es en la hipotética situación de salir fuera de la carretera, pues en el diésel automático siempre contamos con 4x2 mientras que el 1.4T automático es 4x4. Si queremos un diésel 4x4 tendremos que conformarnos con una caja manual.

Por último el aspecto de los consumos está mucho mejor conseguido en el modelo de gasóleo, pudiendo conseguir cifras incluso por debajo de los 5 litros si somos cuidadosos con el acelerador, mientras que los consumos obtenidos aprovechando el potencial de la mecánica difícilmente pasarán de los 7 litros.

Como conclusión podemos por tanto decir que la versión diésel nos ha resultado mucho más satisfactoria que la de gasolina. El funcionamiento del cambio no es de nuestro gusto en ninguno de los dos casos, pero en el diésel la combinación con dicho cambio está mucho mejor resuelta que en el gasolina. Nos hemos quedado con ganas de probar el diésel con cambio manual y tracción a las cuatro ruedas que, por lo que hemos podido ver en las versiones probadas, será probablemente la opción más satisfactoria para quienes quieran "todo". Bueno, siempre que ese todo no incluya el FlexFix, porque a pesar de que el Mokka X es de los pocos modelos que puede montar este sistema para llevar bicis, el FlexFix sólo está disponible con tracción 4x2... una lástima.

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Publicado el: 21/12/2016
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