Un diseño más pasional y dinámico
Las últimas creaciones de
Renault llevan todas la firma del diseñador holandés
Laurens Van Den Acker. El responsable de diseño de la marca gala ha sabido dar una
vuelta de 360º a la estética asociada a los modelos de Renault, especialmente desde la llegada de los nuevos
Espace, y
Talisman, con los que el nuevo Mégane tiene mucho en común.
Construido sobre la plataforma CMF fruto de la alianza Renault-
Nissan, el compacto
crece hasta los 4,36 metros de longitud, 6 cm más que el Mégane III. También crece mínimamente su anchura, apenas 0,6 cm, hasta los
1,814 metros. Sin embargo, como ya mencionaremos más adelante, este estirón no repercute de forma especialmente notable en sus cotas de
habitabilidad interior.
Volviendo al diseño, si hay una parte del vehículo que destaque por encima de todas esa es el frontal. Con una línea muy similar a la vista en el buque insignia Talisman, incluyendo las ópticas con luz diurna en forma de C y la curvilínea parrilla cromada presidida por rombo –emblema de la compañía- de considerables dimensiones.
En su perfil, el Mégane experimenta un buen aumento en la musculatura de sus pasos de rueda, especialmente en los traseros, que se unen de forma impecable con su prominente zaga en la que vemos como la luneta reduce su tamaño para ampliar el del portón, dando así cabida a unos alargados pilotos que prácticamente se unen, si no fuera por la insignia de Renault ubicada en la parte central.