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SEAT Altea vs Skoda Scout

La aventura es la aventura...

SEAT Altea vs Skoda Scout

Pertenecen al mismo grupo empresarial, son apuestas enfocadas a luchar con los nuevos modelos SUV o todocamino, cuentan con igual tipo de tracción integral y, a pesar de estar en el mismo listado de opciones de muchos usuarios, resulta que son muy diferentes... o no.

El Altea Freetrack y el Skoda Scout comparten tantas soluciones técnicas que bien podrían haber pertenecido al mismo proyecto inicial. Ahora bien, sus diferencias son también importantes, y estas últimas son las que deberían hacer pensar a los futuros compradores, porque son ellas las que habrán de inclinar la balanza por una u otra opción. Comenzando por su definición técnica, se trata de dos automóviles basados en la misma plataforma del grupo Volkswagen y que recurren a las mismas soluciones para enfocar la necesidad de una tracción integral.

Resulta necesario matizar aquí que, para ser totalmente estrictos, la gama Freetrack cuenta con otro integrante; el dos litros TDI de 140 CV (26.500 euros). Esta versión se ha quedado fuera de nuestra especial disección comparativa porque, compartiendo la inmensa mayoría de elementos el resto de gama Freetrack, deja uno fuera de gran importancia: la tracción total. Efectivamente, se trata de una opción a considerar por quienes busquen la estética del Altea Freetrack pero, por lo que respecta a sus cualidades fuera de carretera, queda muy limitado respecto a los dos aquí comparados. Justo es reconocer sin embargo que aporta mayor capacidad en dicho sentido que un Altea XL tradicional ya que además de la estética, también toma del Freetrack las variaciones en la suspensión, con lo que se sitúa algo más elevado del suelo.

Cuestiones técnicas. Volviendo a nuestra comparativa, decir que comparten la misma plataforma significa que tanto la definición básica de las suspensiones delanteras como de las traseras es idéntica. Es decir, tanto uno como otro cuentan con MacPherson delante y suspensión multibrazo detrás, teniendo en ambos casos el mismo diseño básico que muchos otros vehículos del grupo como por ejemplo, el Volkswagen Golf, el SEAT León o el Audi A3. Bueno, con la diferencia de contar con algunas variaciones específicas para montar un diferencial trasero tipo Haldex.

Este último aporta fuerza a las ruedas posteriores de manera automática cuando detecta que está perdiendo en las delanteras. Dicho de otro modo, no existe ningún elemento dentro del habitáculo para pasar de tracción delantera a tracción integral sino que, en determinadas circunstancias, el sistema actúa por sí solo para aportar el máximo de tracción repartiendo la fuerza de la mecánica entre las cuatro ruedas del vehículo.

Con dicha tecnología, tanto el Skoda como el SEAT se comportan en circunstancias normales como vehículos de tracción delantera, con sus mismas ventajas e inconvenientes. Entre las primeras tenemos, básicamente, unos consumos que no aumentan en exceso y una mayor duración de las ruedas posteriores, ya que no soportan tantas cargas como las de los vehículos de tracción integral permanente. Sin embargo, el comportamiento es menos eficaz al igual que son menores sus cualidades camperas.

Demostraciones prácticas. Todo lo anterior está muy bien en el plano teórico, pero lo importante es comprobar sus efectos en la práctica y las variaciones que conllevan entre uno y otro modelo. A pesar de las apariencias, el Freetrack es más corto, aunque también más ancho y más alto que su rival. Mientras, los centímetros de más que tiene el Scout los aprovecha en su maletero, donde consigue una increíble capacidad de carga de 580 litros frente a los 452 del Seat. No obstante, el Freetrack se resarce ampliamente de este inconveniente cuando se trata de cargar objetos voluminosos como por ejemplo, bicicletas, pues la mayor altura al techo permite más flexibilidad.

Donde se notan las sinergias de grupo es en el apartado de la modularidad de carga y facilidad para adaptar el vehículo a diferentes situaciones. El plegado de la bandeja se realiza en ambos con solo tocar la parte superior de la misma, quedándose plegada en una barra central también muy sencilla de quitar. Una vez realizada esta acción, sólo tenemos que abatir los asientos para encontrar unos amplísimos espacios de carga que harán las delicias de muchos usuarios.

En ambos habitáculos encontramos soluciones prácticas para hacer más confortable cualquier desplazamiento, destacando en este sentido la guantera climatizada en el caso del Scout y el DVD trasero en el Altea, que lo sitúa en clara ventaja cuando se trata de transportar a los más pequeños. Sin embargo, la ausencia de reposabrazos delantero en el Altea hará que los ocupantes delanteros obtengan menor confort que en el Scout, y ello a pesar de contar con unos excelentes asientos. Por cierto, que en el Freetrack lo mejor será llevar dos pasajeros detrás, pues el diseño de la banqueta no invita a pasar muchos kilómetros encima de la misma a un hipotético ocupante central.   

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Publicado el: 07/02/2008
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