Renault Clio RS Trophy 2016, prueba a fondo

Es el caso de nuestro protagonista, el Renault Clio RS Trophy, la versión más picante, potente y con mejores números de cara al crono de toda la gama. Algunos se sorprenderán de que la máxima expresión deportiva de la gama Clio apueste por una carrocería cinco puertas y un cambio automático, pero lo cierto es que como no vamos a estar todo el día 'envenenados' en un circuito, al final son guiños que, sin restar prestaciones, se agradecen en el día a día.

 

Según sea nuestro nivel de exigencia, la gama Clio RS ofrece tres variantes bien diferenciadas. En primer lugar el Clio RS con chasis Sport, el más polivalente para un uso diario. Le sigue el chasis Cup, también con 200 caballos de potencia y que goza de unos ajustes más rígidos para un uso a medio camino entre la carretera y el circuito. En lo más alto se sitúa nuestra variante Trophy, ya con 220 CV y orientada claramente al pilotaje en estado puro.

 

 

 

En este caso el chasis se rebaja 20 milímetros en la parte delantera y 10 en la trasera al utilizar unos muelles más cortos y rígidos, así como unos amortiguadores más firmes. No hay grandes diferencias estéticas respecto a sus hermanos de gama, pero las hay. A los logos 'Trophy' situados en los lateras añade un detalle de calidad, como son las salidas de escape firmadas por un especialista como Akrapovic, que además de un sonido más 'aguerrido' dinamiza las subidas de régimen del motor. Eso sí, disfrutar de esa sinfonía nos costará 1.193 euros en la carta de opciones.

 

Bajo el capó el propulsor 1.6 turboalimentado eroga 220 caballos de potencia a 6.050 rpm y un par máximo de 260 Nm a 2.000 vueltas, aunque en momentos puntuales en cuarta y quinta velocidad la cifra aumenta hasta los 280 Nm. Asociado a este bloque de cuatro cilindros encontramos una transmisión de doble embrague EDC de seis relaciones, muy eficaz y rápida en el salto entre marchas.

 

 

Nos ponemos en marcha. El Clio RS Trophy monta de serie el sistema RS Drive, que permite al conductor elegir entre tres modos de conducción: Normal, Sport y Race. Nuestros primeros kilómetros los realizamos por ciudad y sus alrededores, por lo tanto apostamos por el modo Normal que nos brinda algo más 'cuartel' de cara al confort y a los consumos. En este sentido no es un vehículo particularmente radical y es perfectamente utilizable en el uso diario.

 

El interior apenas difiere del resto de la gama Clio. Los pedales en aluminio, los pespuntes rojos del volante y unos asientos de corte más deportivo, que no bacquet, nos revelan su procedencia RS. Lógicamente penaliza en el radio de giro (10,9 metros entre bordillos) a la hora de maniobrar y el escaso perfil de los neumáticos 205/40 ZR 18 Michelin Pilot Super Sport que monta de serie nos informa de inmediato a la mínima irregularidad que se encuentren en el asfalto.

 

No es que se encuentre 'enjaulado' en la urbe, pero nuestro protagonista pide retos mayores. En autopista podemos rodar a 120 km/h con el propulsor girando plácidamente a 3.000 rpm y con un consumo que se estabiliza en los 7,0 litros (5,7 a 90 km/h) y con una sonoridad que no resulta especialmente molesta.

 

 

Poco después afrontamos una carretera de montaña y llega la hora de incrementar la adrenalina. Accionamos el mando RS Drive hasta la posición Sport y todo se desencadena de una manera más rápida. La respuesta al pisar el acelerador y los cambios entre marchas son inmediatos. Por cierto, podemos accionar el cambio en la palanca o en unas generosas levas situadas detrás del volante. Con la derecha subimos de relación y con la del lado izquierdo reducimos, siempre de acuerdo a un mapa que protege el motor como primer mandamiento. Decimos que son extraordinariamente grandes, pero no son solidarias con el giro del volante y eso, en giros muy cerrados, nos obliga a soltar la mano del volante si tenemos que accionarlas (no siempre se llega con los deberes hechos y a veces se acumula el trabajo).

 

Nos agrada la capacidad de recuperación que muestra el propulsor desde bajo régimen y en cuanto se pisa el acelerador a fondo el Clio RS Trophy sale como tiro literalmente. Sus 2,4 vueltas de volante entre topes garantizan una dirección directa, quizás no la más comunicativa del segmento, pero agradable en cualquier caso. Y donde brilla con luz propia es a la hora de analizar su chasis, extraordinario, ganando puntos cuanto más velocidad ganamos. Eso sí, cuando el asfalto es muy irregular los pasajeros del asiento trasero quizás levanten la voz porque va como una tabla.

 

Y para concluir acudimos a nuestro circuito particular, donde podemos exprimir sus cualidades y medir sus prestaciones con total seguridad. En este caso activamos el modo Race y pulsando durante dos segundos se desconecta el control de tracción y el de estabilidad para eliminar ligaduras y mostrarse libremente en su hábitat más natural: el circuito de competición.

 

 

Nos encanta el petardeo que mana desde el escape Akrapovic al acelerar, la motricidad de la que hace gala en pleno apoyo y, como no, sus prestaciones. La velocidad máxima es de 235 km/h y tanto sus aceleraciones como las recuperaciones son sobresalientes.

 

A la hora de acelerar desde parado resulta vital la función Launch Control. Este dispositivo, sólo disponible con el programa Race, permite salir aprovechando la máxima potencia del motor sin perder tracción, es decir, de manera óptima. Para ello pisamos el freno con el pie izquierdo, accionamos las levas, aceleramos a fondo y cuando en el cuadro de mandos la ventana Renault Sport pasa de color verde a naranja intermitente, soltamos el freno y sale como un obús. Esta acción la podemos repetir hasta cinco veces consecutivas.

 

Los datos registrados dan respeto porque pasa de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos (6,6 oficiales) y cubre el primer kilómetro desde parado en 26,8 segundos. Seguimos porque las recuperaciones y el tiempo necesario para realizar un adelantamiento también brillan con luz propia. Y para muestra un botón. Supongamos que tenemos que adelantar en carretera y pasar de 70 a 110 km/h para completar la maniobra, un escenario que nos encontraremos cientos de veces. Pues tomad nota porque esa acción la completaremos en sólo 3,8 segundos y apenas necesitaremos 95,3 metros. No es un juego de niños, pero casi…

 

Un vehículo tan prestacional como éste necesita disponer de unos frenos de garantías. Para ello recurre a unos discos ventilados de 320 milímetros delante y sólidos de 260 en las ruedas traseras. Aguantan bien en un uso intensivo de uso y hemos medido 51,8 metros en una frenada de emergencia desde 120 km/h y hasta detenerse por completo, una cifra de mérito, sin duda, porque además lo hace sin perder las formas y de una manera muy estable.

 

 

Y ya que estamos en el circuito de pruebas, comentar que no es nada habitual en rivales de este segmento completar las sensaciones con la información. Nos explicamos. En la pantalla táctil del salpicadero la aplicación RS Monitor nos ofrece un cronómetro para medir los tiempos vuelta por vuelta, nos muestra el ángulo de giro de la dirección, la temperatura del aceite de la caja de cambios, las curvas de potencia y par del motor, la aceleración lateral del conjunto, el porcentaje de deslizamiento, las fuerzas G, el rendimiento del propulsor, la respuesta del acelerador, la presión del turbo, la temperatura en la admisión… todo para saber el estado del vehículo en todo momento.

 

Estéticamente el Clio RS Trophy no es un derroche de imaginación precisamente. Más bien todo lo contrario porque puede pasar desapercibido. Su personalidad se refleja, no obstante, en unas llamativas llantas de aleación de 18 pulgadas, unos bajos laterales específicos, un difusor y un alerón traseros y la doble salida de escape. Destacar también el sistema de iluminación denominado RS Vision ubicado a ambos lados del paragolpes delantero. Tiene forma de bandera de meta y presenta función antiniebla, luces cuneteras, luces de posición y de largo alcance, una forma tan original como eficiente para mejorar la visión nocturna.

 

 

La puesta en escena del interior no refleja cambios en cuanto a habitabilidad se refiere con respecto a la gama Clio. Por lo tanto disfrutaremos de cinco plazas y de un maletero que cubica 300 litros. Su mayor músculo exterior sí que incrementa ligeramente su longitud hasta los 4,09 metros y el peso en orden de marcha es de 1.204 litros.

 

En su dotación de serie el Clio más exclusivo ofrece tarjeta de acceso y arranque manos libres, ordenador de viaje, el sistema RS Drive, indicador de cambio de velocidad visual y sonoro, sistema Start/Stop, asistente multimedia R-Link con pantalla táctil de 7 pulgadas con navegador, sistema de sonido y comandos por voz, climatizador, radar con cámara de visión trasera o unos asientos delanteros deportivos y calefactados.

 

El precio de este juguete destinado a manos expertas es de 27.580 euros (24.589 si se aplica la campaña promocional existente), es decir, 1.800 euros más que el Clio RS con 200 CV. La exclusividad y las prestaciones se pagan.