Ahorrar en mantenimiento
Tiempos difíciles para todos. Por ello cualquier ahorro es de agradecer. En el automóvil, unos pocos euros no deben confundirse con dejar nuestro coche olvidado. Realizando un mantenimiento básico y preventivo nosotros mismos obtendremos un doble ahorro: el de la mano de obra especializada y el de posibles averías que no nos ocurrirán.
En todos los manuales de instrucciones nos vendrán detallados los puntos de llenado de los líquidos más importantes para la vida de un motor, como son el aceite y el líquido refrigerante. Siempre que tengamos dicho libro lo mejor será consultarlo para evitar dudas. De todos modos, aquí te adjuntamos un vídeo para que puedas seguir, paso a paso, el mantenimiento básico de tu coche.
El líquido del limpiaparabrisas se encuentra entre los que debemos revisar. Cuando estamos en carretera y nos encontramos con unas lluvias inesperadas, la no existencia de agua para limpiar los cristales puede suponer un grave riesgo para la visibilidad y, por tanto, para la seguridad. Se puede rellenar sólo con agua pero también existen algunos productos específicos que mejoran la limpieza. El relleno de este depósito no requiere tanta concentración, pues el hecho de que rebose el agua o cualquier otro líquido que utilicemos no perjudica en absoluto a la mecánica.
De mayor importancia para la mecánica, sobre todo para viajes a climas muy cálidos, es el líquido refrigerante. El tapón de la boca de llenado jamás debe extraerse con el motor en caliente, pues podrían salir vapores a elevada temperatura capaces de ocasionar quemaduras de diversa consideración. Debemos utilizar el producto indicado por el fabricante aunque, si vamos a circular por países extremadamente cálidos o fríos, se puede consultar con profesionales la posibilidad de utilizar productos especialmente indicados para dichas climatologías.
Respecto al nivel de aceite, su importancia es extrema para el buen mantenimiento del motor. Debemos utilizar el aceite indicado por el fabricante o, si lo deseamos, otro de mejores características, aunque siempre aconsejados por profesionales y evitando mezclar diferentes tipos de aceite. Como situación excepcional, si por cualquier circunstancia el vehículo requiere que se rellene aceite y no contamos con el producto indicado, siempre será mejor añadir cualquier aceite -de motor, se entiende- que circular por debajo del nivel mínimo.
Por último pero no menos importante tenemos los neumáticos. Si el aceite es vital para el motor los neumáticos lo son para la seguridad. Una de las anomalías mecánicas que más número de accidentes ocasiona es un mal mantenimiento de los neumáticos. Revisar los niveles de presión y profundidad de dibujo de los neumáticos es una tarea que debe realizarse, al menos, una vez al mes, y siempre cada vez que emprendamos un viaje.
En el cuidado de la presión de los neumáticos debemos considerar la temperatura. Cuando circulamos con el vehículo aumenta el calor por rozamiento lo que, a su vez, eleva la presión de los neumáticos (el aire se expande). Al comprobar la presión después de circular con el coche debemos por tanto aumentar en una o incluso dos décimas la presión máxima recomendada por el fabricante en el libro de instrucciones. En dicho libro existirán también diferentes tipos de presiones recomendadas dependiendo de la carga a la que sometamos a nuestro vehículo.
Respecto a la profundidad del dibujo. Todos los neumáticos cuentan con los llamados "chivatos" de profundidad. Son unos resaltes ubicados en los surcos del neumático que deben quedar, siempre, a un nivel inferior de la zona de rodadura del neumático. Cuando los chivatos se encuentran al mismo nivel sigue existiendo un pequeño dibujo pero se han perdido la capacidad de evacuación de agua y otras características imprescindibles del neumático.
Recordad que esto es sólo una guía básica de revisión genera, existen otros puntos que, al realizar un viaje, también deben comprobarse, tales como el modo de ubicar la carga, la buena colocación de las sillas de los niños si existen, el alineado y equilibrado de las ruedas, etc que debieran ser realizados no sólo al emprender el viaje, sino como normas habituales de seguridad y mantenimiento de nuestro vehículo.