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Cinco diferencias entre conducir un coche eléctrico y uno tradicional

Por Jaime Arsuaga

Con los datos de matriculaciones que tenemos hasta el 30 de noviembre, este año se han vendido en España casi 4.000 vehículos eléctricos. Te puede sonar a poco, pero cada año la cifra aumenta considerablemente y, si no lo has hecho ya, te quedará poco para probar uno, ya sea el tuyo propio, a través de una empresa de carsharing, el de tu cuñado o en un concesionario.
Por ello, y para que no te coja desprevenido en tu estreno con un eléctrico, Arval ha elaborado una lista con las principales diferencias entre conducir un coche eléctrico y uno tradicional. Ahí van:
 

Mayor aceleración al arrancar

Los eléctricos se conducen como un coche automático, olvídate del pie izquierdo porque no encontrarás pedal de embrague. Pero ten cuidado, porque la fuerza inicial es instantánea y, en consecuencia, la aceleración en ese momento es mayor que en un vehículo de combustión tradicional, lo que hace que vayan a máxima potencia partiendo desde cero revoluciones.

Por la misma razón, una vez has salido, y sobre todo en carretera, echarás de menos el empuje y la potencia de un vehículo tradicional. Recuerda que debes conducir con suavidad, sobre todo en los primeros metros de trayecto, acelerando de forma suave y progresiva. 

La desaceleración es el nuevo freno
Los últimos modelos de eléctricos vienen equipados con un sistema de recuperación de energía que recarga parcialmente las baterías al soltar ligeramente el acelerador, con lo que la velocidad se reduce en el momento que se levanta el pie del acelerador. Si estuviéramos en un coche convencional, esta acción sería el equivalente a pisar con suavidad el freno.
No chilles a tu acompañante ni intentes impresionar a la chica del semáforo

 

El motor eléctrico es menos ruidoso que el de gasolina y eso se nota tanto en el interior como en el exterior. Además del lógico confort que supone no tener que gritar para que te oiga tu acompañante o el ridículo que puedes hacer al intentar dar un acelerón para llamar la atención de alguien, debes tener en cuenta este silencio en ciudad, ya que los peatones tampoco están acostumbrados y muchas veces cruzan de oído, así que especial precaución con ellos.

Cuidado con la calefacción o el climatizador
En un coche de combustión tradicional se suele recomendar llevar una temperatura que no supere los 22 grados para no aumentar el consumo de combustible. En el caso del eléctrico hay que tener en cuenta que la autonomía del vehículo se puede ver afectada dependiendo de la conducción y del uso de calefacción o climatizador. Para que estos afecten lo menos posible a la autonomía se recomienda utilizar los sistemas automáticos de conexión. De esta forma, cuando se vaya a usar el coche estará ya a la temperatura adecuada y el climatizador sólo tendrá que mantenerla.
Planificación, amigo conductor
La autonomía de los vehículos eléctricos es inferior a la de un vehículo tradicional y los puntos de recarga todavía no son suficientes, por lo que necesitarás planificar previamente tu viaje para aprovechar al máximo las cargas adicionales que se puedan realizar durante el día.

Aplicaciones móviles como Ibil (https://www.ibil.es/index.php/es/elige-tu-plan/app) o GIC (http://www.recargagic.com/chargenow.php) permiten identificar los puntos de recarga más cercanos.

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