Las revisiones llegan a General Motors

Si en el seno interno de Toyota recordarán este año, no será por la crisis, ni por la aparición de Jimmy Jump en el Festival de Eurovisión y seguramente tampoco por la llegada de Mourinho al banquillo del Real Madrid. Lo más probable es que 2010 esté marcado por los trabajadores de Toyota como el ejercicio de las campañas de revisión. El año en el que puso los pies en el suelo después de llegar a lo más alto del panorama automovilístico internacional, tras desbancar a General Motors como primer fabricante mundial de automóviles.

Sin embargo, General Motors, que ha sido uno de los grandes beneficiados del bache que ha atravesado Toyota en Estados Unidos, como consecuencia de las llamadas a revisión mundiales que ha llevado a cabo por diversos defectos en sus modelos, puede que se tenga que enfrentar a una situación parecida a lo que ha pasado la firma nipona, porque recientemente la compañía ha hecho un anuncio en el que comunicaba que 1,5 millones de sus vehículos en Norteamérica están llamados a acudir al taller tras ser detectado un defecto en un sistema que calienta el agua del limpiaparabrisas.

Esta llamada a revisión millonaria, como ya he escrito alguna vez en esta web, no sería nada del otro mundo, sino se hubieran magnificado los efectos de estas acciones y si el tema no estuviera de moda. El problema no es que sea demasiado grave, aunque puede provocar incendios en el coche, pero lo que más llama la atención es el gran número de vehículos afectados, que pertenecen a las marcas Hummer, Chevrolet, Cadillac, Saturn, GMC y Buick.

En principio, ninguno de los modelos afectados por esta medida, que son muchos y fabricados entre 2006 y 2009, se comercializa en España, así que por un lado podemos estar tranquilos. Lo que más me soprende de esta situación es la forma en la que ha reaccionado la compañía que ha decidido pagar 100 dólares a sus clientes en compensación por las labores que se llevarán a cabo en su vehículo y por las cuales se desactivará el sistema defectuoso. Precisamente, lo que más se criticó de la campaña de revisión de Toyota fue la forma en la que dio a conocer los problemas en sus coches, quién sabe si General Motors habrá acertado esta vez.