Menos lloros

He pasado toda mi jornada laboral de hoy en el XIX Congreso Nacional de la Distribución de la Automoción, que organiza cada año la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto). En él que suelen estar presentes grandes personalidades del sector del automóvil, que hablan de la situación actual y de lo que se nos viene encima en el futuro. También acuden los responsables de los puntos de venta que agrupa Faconauto y la prensa, vamos que nos juntamos ciento y la madre.

Durante todo el día se suceden las mesas redondas, las exposiciones, las ponencias y las preguntas sobre tal y cual tema que se aborda en este congreso. Es cierto que hay unas partes más interesantes que otras, pero la verdad es que he salido bastante sorprendido de las cosas interesantes que se han dicho durante la jornada de hoy.

De entre todas las cosas que se han contado me quedo con una de las últimas partes del programa en la que los máximos responsables de algunas de las firmas de automóviles que operan en España, como Toyota, Audi, Renault, Peugeot y Mercedes-Benz han hablado de lo que se les pasaba por la cabeza y decían, ante sus concesionarios y los de otras marcas, lo que para ellos es lo que realmente está pasando en el sector del automóvil y lo que será de él en un futuro a corto, medio y largo plazo.

Los directivos han dado caña durante la mesa redonda, hasta me he sorprendido de lo francos que estaban siendo. Según me ha confesado uno de estos directivos a la salida del acto, algunos de ellos no sabían que había periodistas, lo que ayuda mucho a que las palabras fluyan. Entre las cosas que han dicho es que las marcas y todos los integrantes del sector del automóvil tienen que dejar de quejarse y literalmente de “llorar” por lo mal que lo están pasando y tirar para adelante.

No es fácil ver que las grandes empresas del automóvil y de otros sectores entonen el ‘mea culpa’ y asuman que tienen que dejar de lamentarse y actuar, con el fin de salir de la difícil situación en la que están envueltos. Además, han comentado que durante la época en la que estuvieron en vigor las ayudas directas a la compra de automóviles en España, las firmas automovilísticas han maleducado a sus clientes, porque éstos se han acostumbrado a fuertes descuentos y ahora se mantienen a la espera a la caza de un mayor botín, lo que ralentiza las ventas.