Volkswagen vuelve a romper la baraja

Estoy en Wolfsburg, sede del primer fabricante europeo de automóviles, y probablemente una de las ciudades peor comunicadas con Madrid del mundo, pero eso es otra historia. Estoy en una sala habilitada para la prensa que está llena de periodistas con corbata tecleando sin parar cifras y datos en relación con los resultados económicos correspondientes al pasado ejercicio que ha presentado el grupo Volkswagen. Los números ya habían sido adelantados hace un par de semanas, pero no deja de sorprender lo bien que va esta compañía, aunque haya reducido sus beneficios en un 80%.

De los resultados económicos del consorcio alemán siempre se pueden extrapolar varias lecturas, según el enfoque que le quieras dar o según lo que te interese. En el informe anual que se distribuye a todos los periodistas y que está colgado en la página web se recogen datos tan variopintos como la facturación de la empresa, la evolución de sus filiales, sus objetivos para el futuro o la remuneración de los miembros de la cúpula directiva.

Sin detenerme mucho sí que me gustaría resaltar los puntos de la evolución de las marcas de la compañía, especialmente de la española Seat, por aquello de que nos pilla cerca, y también el tema de la remuneración de las perspectivas de futuro. Sobre las filiales lo que más destaca es la buena evolución de Audi, que ganó más de 1.100 millones de euros en 2009, más que su matriz (no digo nada y lo digo todo), así como la progresión constante de Skoda, que se perfila como una de las firmas con un futuro más prometedor en Europa.

La nota negativa la pusieron Seat, Bentley y Lamborghini que fueron las tres firmas que cerraron el pasado ejercicio con ‘número rojos’. La firma española del grupo Volkswagen se vio especialmente afectada por la debilidad  del mercado español y por la caída de las ventas y desde Volkswagen dejaron muy claro que su previsión es que la corporación de Martorell vuelva a cerrar con pérdidas este año.