Estoy en Wolfsburg, sede del primer fabricante europeo de automóviles, y probablemente una de las ciudades peor comunicadas con Madrid del mundo, pero eso es otra historia. Estoy en una sala habilitada para la prensa que está llena de periodistas con corbata tecleando sin parar cifras y datos en relación con los resultados económicos correspondientes al pasado ejercicio que ha presentado el grupo Volkswagen. Los números ya habían sido adelantados hace un par de semanas, pero no deja de sorprender lo bien que va esta compañía, aunque haya reducido sus beneficios en un 80%.
Estoy en Wolfsburg, sede del primer fabricante europeo de automóviles, y probablemente una de las ciudades peor comunicadas con Madrid del mundo, pero eso es otra historia. Estoy en una sala habilitada para la prensa que está llena de periodistas con corbata tecleando sin parar cifras y datos en relación con los resultados económicos correspondientes al pasado ejercicio que ha presentado el grupo Volkswagen. Los números ya habían sido adelantados hace un par de semanas, pero no deja de sorprender lo bien que va esta compañía, aunque haya reducido sus beneficios en un 80%.
Por todos es sabido que las compañías de automóviles no trabajan con la mente puesta en el corto plazo, ni tampoco en el medio, sino que a lo que se dedican ahora será lo nuevo de dentro de cinco, seis, diez o quince años. El desarrollo de un nuevo modelo se empieza a idear unos ocho o siete años antes de que se lance comercialmente y las estrategias de las empresas tienen unos plazos de entre cinco y diez años, lo que demuestra que, a pesar de los errores y de que a veces las cosas parezca que no están pensadas, los ingenieros de las grandes firmas de automóviles siempre van por delante.
Por todos es sabido que las compañías de automóviles no trabajan con la mente puesta en el corto plazo, ni tampoco en el medio, sino que a lo que se dedican ahora será lo nuevo de dentro de cinco, seis, diez o quince años. El desarrollo de un nuevo modelo se empieza a idear unos ocho o siete años antes de que se lance comercialmente y las estrategias de las empresas tienen unos plazos de entre cinco y diez años, lo que demuestra que, a pesar de los errores y de que a veces las cosas parezca que no están pensadas, los ingenieros de las grandes firmas de automóviles siempre van por delante.