¿Volverá Ford a ser la que era?

Ford ha sido uno de los primeros, de entre los principales consorcios automovilísticos en todo el mundo, que ha presentado sus resultados económicos correspondientes al pasado ejercicio y el batacazo ha sido de consideración. Es de valientes ser de los primeros, pero los números rojos presentados por la firma estadounidense nos ponen en alerta de lo que pueden ser las próximas semanas, durante las cuales el resto de compañías darán a conocer sus cuentas y saldrá triunfadora la que las tenga en negro, por este año parece que lo que se van a llevar son las pérdidas estratosféricas, como las de Ford.

La emblemática compañía norteamericana perdió entre enero y diciembre del año pasado más de 14.500 millones de dólares, que haciendo un cálculo rápido, son más de 10.000 millones de euros. Esta cifra supone una disminución espectacular en comparación con las ya elevadas pérdidas que registró la empresa en 2007, que se elevaron a 2.700 millones de dólares, algo más de 2.000 millones de euros o lo que es lo mismo, multiplicar por más de cinco sus números rojos del año anterior.

Esta situación, aunque previsible al observar la situación económica internacional y la fuerte caída de las ventas de coches, es especialmente sorprendente porque desde la compañía estadounidense, al tiempo que presentaba estas cifras desastrosas, se apresuraban a decir que cerraron 2008 con una fuerte liquidez que les permitiría acometer todas las inversiones que tenían previstas y llevar a cabo el plan de recuperación de su negocio y de la rentabilidad, que se basa en el recorte de gastos y en el desarrollo y lanzamiento de modelos en todo el mundo, más eficientes y con un menor efecto sobre el medio ambiente.

La compañía se enfrenta en 2009 a un año clave en su historia, que podría marcar si realmente tiene futuro y si es capaz de, a través de esta estrategia, salir del bache, socavón diría yo, que está atravesando y de si realmente volverá a ser uno de los grandes grupos automovilísticos globales. Quiero recordar que Ford fue la única de los tres grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos, que rechazó las ayudas públicas concedidas por el Gobierno del país para salvaguardar el futuro de una industria tan importante. Esperemos que la firma del óvalo no se tenga que tragar el orgullo y vuelva con el rabo entre las piernas a llamar a la puerta de la Casa Blanca para pedir limosna.