Sí ayer os hablábamos del
Ferrari 488 Spider, hoy os mostramos la alternativa a este modelo que
Lamborghini ha presentado también durante el
Salón de Frankfurt 2015, el
Lamborghini Huracán Spyder. ¡La guerra de superdeportivos italianos a cielo abierto está al rojo vivo!
El Lamborghini Huracán Spyder, a diferencia del modelo del Cavallino, tiene menos similitudes con el Coupé del que deriva. Si bien es cierto que el frontal sigue pareciendo el mismo, mirando de perfil encontramos las primeras diferencias en forma de unas
nuevas tomas de aire encargadas de proporcionar algo de
refrigeración al
gran motor V10 que esconde.
La zona trasera también cambia sus formas para dar cabida al sistema de plegado de la capota, y a la misma cuando se encuentra plegada. Se ha creado a tal efecto un compartimento entre la parte posterior de los asientos y el motor. Además, el sistema apertura y cierre de techo es capaz de operar hasta cuando el “Lambo” alcanza los 50 km./h. Por otro lado el interior mantiene el mismo diseño que en el Coupé.
La mayor diferencia entre ambos italianos radical sin lugar a dudas en
el aspecto mecánico, ya que el diseño es algo más subjetivo. En el
Ferrari 488 Spider nos encontrábamos con una apuesta mecánica algo más moderna, un V8 turboalimentado que rinde 670
CV. El Huracán Spider, por el contrario, apuesta por algo más de la vieja escuela, un
V10 atmosférico de 610 CV, cuyo rugido es auténtica música celestial para los oídos.
En Lamborghini han procurado que su decisión está mecánica de mayores dimensiones tenga el menor impacto posible en el medioambiente mejorando su eficiencia con sistemas como el start & stop o la desactivación selectiva de cilindros. Estas mejoras hacen que el Spyder logra emitir hasta un 14% menos de emisiones que su hermano Coupé.
Las
prestaciones del Lamborghini Huracán Spyder no distan demasiado de las del coupé, aunque como es lógico son algo peores. En una
aceleración de 0 a 100 km./h el Spyder detiene el crono en 3,4 segundos, es decir dos décimas más lento que el coupé. La velocidad punta se merma en un 1 km./h, quedándose en
324 km./h.