Revolucionó el mercado de cupés en los años 90
El
Opel Calibra fue presentado en el
Salón del Automóvil de Frankfurt de 1989 y lanzado al mercado en el año 90, siendo uno de los modelos más espectaculares de esta década y produciendo
casi 240.000 unidades en las plantas de Rüsselsheim y Valemt durante los siete años que duró su comercialización.
Este vehículo fue realizado por la marca alemana para continuar el legado de deportividad que habían dejado anteriormente modelos como el Manta, el
Opel GT y el Monza. El Opel Calibra era toda una revolución por cosas como el
coeficiente aerodinámico de 0,26 que le situaba en el mejor valor obtenido por un coche de producción en serie, la
suspensión trasera independiente o los propulsores que incorporaban
catalizadores de serie. Con todo esto obtuvo uno de los premios más prestigiosos de Alemania en el primer año de su comercialización, “el Volante de Oro”.
El motor de acceso a este modelo era un 2.0 de ocho válvulas y
115 cv, que gracias a su Cx podía alcanzar una velocidad punta superior a los 200 km/h. La
versión de
150 cv utilizaba el mismo motor pero con una
culata de dieciséis válvulas que lo propulsaban hasta los 223 km/h, pudiendo obtener un consumo homologado de 7,7 l/100 km.
En el año 90 ya se podía escoger una variante con
tracción a las cuatro ruedas, cuyo nombre oficial era
Calibra 4x4, que obtenía un gran agarre en situaciones críticas o de baja adherencia. Este buen comportamiento dinámico necesitaba más potencia para terminar de redondear un perfecto equilibrio entre chasis y motor. Por tanto, en el año 1992 empezó a comercializarse una nueva versión denominada
Calibra Turbo, que incluía de serie tracción a las cuatro ruedas, cambio manual de seis velocidades, asientos deportivos, neumáticos con medida 205/50 en
llanta de
aleación de 16 pulgadas y una
potencia máxima de
204 cv.
En 1993 el Opel Calibra debutó en el DTM con propulsores 2.0 de cuatro cilindros y 2.5 litros V6. En el 96 se creó una edición llamada “Cliff Motorsport” que recibía los colores del coche con el que Manuel Reuter ganó el campeonato del mundo ITC. Dicha versión tenía una altura al suelo rebajada en dos centímetros y llantas de la firma BBS.
Un año después y para finalizar la producción de este mítico modelo, la marca alemana lanzó una versión llamada
“Last Edition”, que contaba con un chasis deportivo, llantas BBS, cuero y bien el motor de cuatro cilindros de
136 cv o el
V6 de 2.5 litros de
cilindrada.
El punto y final del Calibra llegó a finales de agosto del año 97. Hoy en día es posible ver alguno de vez en cuando circulando por nuestras carreteras, pero por desgracia la mayoría han recibido modificaciones que un coche como este no se merece.