SEAT nos ha enviado a la prensa un comunicado en el que nos cuenta la historia de una mujer del suroeste de Inglaterra llamada Nikki Jeffreys. Al parecer, esta mujer se dirigía a su trabajo como cada mañana circulando a unos 100 km/h cuando un vehículo choco contra su SEAT Altea. “Me vi en la cuneta con cuatro o cinco personas alrededor mío diciendo que no me moviera. Podía sentir mis pies, mis manos, así que pensé que no me había pasado nada grave, pero me dolía todo, lo veía todo borroso y estaba muy confusa”.