Las opciones mecánicas disponibles en el Ssangyong Tivoli son dos motores de 1,6 litros tanto en diésel como en gasolina, ofreciendo la de gasóleo 115 CV y la de gasolina 128. No obstante, el par motor de la versión diésel es claramente superior, con 300 Nm entre 3400 y 4000 rpm frente a los 160 que anuncia el gasolina a 4600 vueltas, lo que hace que su respuesta sea completamente distinta.
El motor de gasolina aporta tecnologías como la distribución variable en admisión y escape, mientras que ambos motores cuentan con bomba de aceite variable, que es un sistema de control térmico destinado a ofrecer el mejor funcionamiento independientemente de la temperatura de la mecánica, o distribución por cadena, que proporciona mayor fiabilidad y menor coste de mantenimiento, aunque en el lado negativo se le supone una mayor sonoridad.
Ssangyong ha pensado en un vehículo de aspecto SUV que probablemente tenga su mayor número de compradores en sus versiones de tracción delantera, pero que ofrece la posibilidad de optar por tracción a las cuatro ruedas. Nosotros alabamos esta opción, pues cualquier modelo con aspecto SUV tendrá limitada su capacidad dinámica por efecto de la física (centro de gravedad más elevado) y, además, somos conscientes de los beneficios en cuanto a seguridad activa de las cuatro ruedas motrices.
La tracción total estará disponible a partir de septiembre y sólo en diésel, contando con la posibilidad de bloqueo hasta 40 km/h proporcionando un reparto 50/50. Con ángulos de ataque de 20,5 grados, 28,5 grados de salida y 17 grados de ventral, la altura libre al suelo es de 167 milímetros, siendo por tanto un coche apto para circular fuera de carretera pero no para afrontar situaciones muy complicadas.
Para el cambio se ofrecen como opciones una transmisión manual de seis marchas y un cambio automático tradicional con convertidor de par. El motor de gasolina siempre será manual con tracción delantera mientras que el diésel puede ser manual o automático y con tracción delantera o total en ambos casos.