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Coche eléctrico: precio y coste

Baratos a largo plazo

Renault ZOE

 

Cualquier usuario que se ponga a los mandos de un coche eléctrico quedará encantado con la experiencia. Sin embargo, dicha satisfacción queda drásticamente reducida cuando se habla del coste de adquisición del producto. Muy posiblemente, la gran mayoría de conductores actuales estaría dispuesto a circular con un coche eléctrico si éste les costara lo mismo que un vehículo de combustión interna equivalente.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los fabricantes para convencer de la economía real de los coches eléctricos está en la visión a corto plazo que la mayoría utilizamos en el momento de elegir uno u otro vehículo. El único modo de comparar realmente el precio de los coches eléctricos con el de los modelos equivalentes de gasolina o gasóleo consiste en comparar tanto su precio de adquisición como su precio de mantenimiento.



 

Y es que no debemos olvidar que el precio de recarga de un vehículo eléctrico es, aproximadamente, la sexta parte del requerido por su equivalente de combustión interna. De este modo, cuantos más kilómetros seamos capaces de recorrer con nuestro vehículo eléctrico más a cuenta nos saldrá su adquisición. Es precisamente esta circunstancia la que está haciendo que los responsables de coches de flota comiencen a mirar a los vehículos eléctricos como una alternativa de futuro realmente atractiva.

Por otro lado, el sobrecoste de las inversiones realizadas por los fabricantes también es en parte absorbido por los gobiernos en forma de subvenciones y ayudas directas. Dichas ayudas se producen por diferentes vías y en algunos casos también incluyen la posibilidad de circular o aparcar en zonas de acceso restringido para los modelos con motor de combustión interna.

Renault, uno de los fabricantes que mayores esfuerzos está realizando para popularizar en un futuro cercano los coches eléctricos, propone una opción de compra que debe acercar aún más el coche eléctrico a nuestras opciones de compra. Se trata de la posibilidad de comprar el coche y hacer un alquiler de las baterías. Con ello el coste de adquisición del coche se reduce drásticamente, mientras que el precio del alquiler y del mantenimiento es, en conjunto, menor del que se tendría con un vehículo tradicional. Con esta imaginativa solución se supera uno de los mayores escollos que hasta ahora se encontraba en la adquisición de vehículos eléctricos.

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