La geometría básica de suspensiones del Mercedes Benz Clase A se compone de un sistema McPherson en el tren delantero unido a un multibrazo en el trasero, pero el tarado de las suspensiones difiere si estamos ante la versión normal y la más deportiva AMG, en la que la mayor dureza del conjunto supone una actuación más eficiente sobre suelos lisos pero puede llegar a perjudicar el confort cuando las carreteras no presentan su mejor estado de conservación. Además de estas posibilidades existe también la opción de un tren de rodaje confort de altura rebajada en el que, con 15 milímetros menos de altura, se reduce el centro de gravedad del conjunto sin que la pérdida de confort sea tan acusada como con el uso de la deportiva AMG.
Durante la realización de nuestras pruebas con diferentes versiones del modelo pudimos comprobar que el terreno más satisfactorio para disfrutar de las bondades del chasis montando la suspensión AMG es cualquier carretera que disponga de un liso y bien conservado asfalto, mientras que la presencia de baches, badenes o cambios del negro elemento vendrán acompañados de cierta sequedad en el trabajo de la suspensión con la consiguiente pérdida de confort. Afortunadamente, el trabajo de las suspensiones "normales" es más que satisfactorio para hacer que el Clase A disfrute de una conducción tremendamente eficiente, lo que será muy bien valorado por los amantes de las curvas y los terrenos sinuosos. En el AMG incluso el perfil de los neumáticos (también más bajo que en la suspensión normal) se añade a las características de la suspensión para aumentar la precisión de trazada en detrimento de la comodidad.
La versión diésel básica del Clase A se distingue por montar una mecánica de procedencia Renault. El 1.5 dCi que impulsa a este Mercedes no viene por tanto firmada por la marca de la estrella, pero siendo tremendamente objetivos no somos capaces de ver ningún demérito en ello, pues el trabajo realizado por dicho bloque es de lo más fino que puede encontrarse en el mercado. Así, por ejemplo, comparado con los motores diésel 1.7 de Mercedes el 1.5 de Renault es más suave de funcionamiento, más progresivo en su entrega de potencia y más frugal en sus consumos. Dado que la fiabilidad viene avalada por la propia garantía de Mercedes no podemos poner ninguna pega a un elemento que hace su trabajo a la perfección.
Con respecto a las prestaciones aportadas hemos de reseñar la necesidad de hacer un esfuerzo de lógica que muchas veces obviamos al realizar pruebas dinámicas; la potencia y fuerza de este tipo de mecánicas es suficiente e incluso supera en muchas ocasiones las necesidades reales de la inmensa mayoría de los usuarios. No hay que irse más allá de diez años atrás para encontrar a modelos que, con 110 CV de potencia en diésel y un peso apenas 50 kilogramos inferior eran considerados como altamente deportivos y prestacionales. ¿Os parece exagerado? Veamos lo que dicen los números:
Modelo "X" del 2003:
Mercedes Benz Clase A 180 CDI del 2013:
Peso en vacío: 1320 kilos
Potencia máxima: 109 CV a 4000 rpm
Par máximo: 260 Nm entre 1750 y 2500 rpm
Velocidad máxima: 190 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 10,6 segundos
Consumo en ciudad: 4.5
Consumo en carretera: 3.3
Consumo mixto: 3.8
Es decir, que el "deportivo" modelo del 2003 es más lento y gasta más que el MB Clase A. Como ya imagino que más de uno se pregunta cuál es ese deportivo que tan poquito parece andar os diré que es el SEAT León 1.9 TDI 110 CV de primera generación, es decir, uno de los grandes "cocos" del segmento en su tiempo. Dado que las carreteras no han variado en exceso en estos años y que los usuarios siguen siendo igual de buenos (o malos) conductores como entonces, no podemos dejar de pensar que el Clase A tiene con este motor prestaciones sobradas para la mayoría de las necesidades actuales.
Un aspecto difícil de ver en los datos son las sensaciones percibidas al volante. En el caso del Clase A que tuvimos oportunidad de probar pudimos disfrutar de la conducción con el cambio robotizado de doble embrague propio de Mercedes, una opción a nuestro juicio muy recomendable y que aporta confort sin renunciar al dinamismo en la conducción.
A bordo del Clase A nos hemos sentido, desde el principio, muy cómodos. Con unos asientos que sujetan el cuerpo a la perfección, todos los mandos muy bien pensados aun cuando en muchos casos (freno de mano o limpialunetas, por ejemplo) tengan una ubicación diferente al resto de modelos del mercado, y una difícilmente explicable con palabras sensación de calidad. Aunque el tamaño es menor, el Clase A sigue siendo todo un Mercedes, aportando al conductor ese sentimiento de estar conduciendo un coche realizado para durar muchos años sin ningún tipo de problema.
Es cierto, el Clase A nos ha gustado mucho, y a pesar de que su precio es elevado también lo son su imagen, su equipamiento, su calidad y, sobre todo, la sensación de buen coche que aporta su conducción. El Clase A pide mucho dinero para llegar a ser su propietario, nosotros pensamos que muy pocos usuarios se arrepentirán de pagarlo.
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