Peugeot 208 GTI en el Salón de París 2012

 

Unas "imposibles" llantas de 15 pulgadas, aditamentos de carrocería y una carta de presentación que incluía 206 km/h de velocidad máxima o una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos pero, ante todo, un comportamiento tan efectivo como exigente, terminaban de generar lo que se convirtió en un verdadero mito de la conducción deportiva que tuvo como colofón al Turbo T16 de competición que tomó como base su carrocería (y poco más; era un tracción total con motor central sobrealimentado por turbo, tracción a las cuatro ruedas y un palmarés que incluye dos mundiales de rallyes y dos victorias en el mítico París-Dakar). Para la homologación de la versión de carreras era imprescindible ofrecer al menos 200 unidades matriculables sobre las que basar el prototipo de carreras, lo que significó que en 1984 salieran al mercado esas 200 unidades del Peugeot 205 T16, que ofrecían un motor central turbo de 1,8 litros, tracción a las cuatro ruedas y 200 CV de potencia máxima a 6.750 rpm.

 

 

 

Han pasado casi dos décadas y dos generaciones intermedias de sucesores (206 y 207) para que aparezca en el mercado un vehículo que, dicen desde la marca, viene a recrear un icono. A decir verdad parece que el Peugeot 208 GTI se ha realizado realmente a conciencia con la intención de ofrecer un verdadero deportivo de pequeñas dimensiones... para lo que se estila en la actualidad, pues los 3,96 metros del modelo actual lo ubican más lejos de los 3,7 metros del Peugeot 205 que de los 4,05 metros que por aquel entonces medía el Peugeot 309 (modelo compacto de la marca a finales de los ochenta). Ancho de vías aumentado en 10 mm en el eje delantero y en 20 mm cuando hablamos del trasero, llantas de 17 pulgadas y sistema de suspensión específico (muelles, amortiguadores, barra estabilizadora y subchasis de ambos ejes) invitan a pensar que el comportamiento dinámico del Peugeot 208 GTI ha de responder a las expectativas generadas por su apellido. Y del mismo modo debe responder el bloque motor de cuatro cilindros, 1,6 litros de cilindrada y 200 CV de potencia (¿os suenan los datos?) con un par máximo de 275 Nm y una aceleración de 0 a 100 km/h anunciada por debajo de los 7 segundos.

 

 

Existen variaciones estéticas relativamente llamativas en el modelo, como sus luces LED, la presentación de los relojes, los emblemas u otros aditamentos específicos de la carrocería, pero lo cierto es que todo ello sería irrelevante sin la aportación de un "corazón" de carreras y una capacidad de agarre a la altura de las circunstancias. Cuando tengamos oportunidad de probar a este felino "amaestrado" podremos daros más información, de momento, nos quedamos con las ganas de poder deciros si la promesa de deportividad de la marca es una pose o se trata de, efectivamente, el renacimiento de un mito.

 

Puedes ver más modelos que se presentarán en París en el artículo sobre el Salón de París 2012