20 años después de la llegada del primer
Renault Mégane, el pasado Salón de Frankfurt era el lugar elegido para el debut de la
cuarta generación del modelo. Una generación que llega dispuesta a todo,
marcando un antes y un después en la historia del Mégane, intentando
labrarse un exitoso camino dentro del mercado como ya lo hicieran las 3 generaciones que le preceden.
Esta generación llega con importantes cambios, no sólo en diseño o tecnología, como salta a la vista. Estos cambios se expanden incluso al planteamiento de gama, y es que con la llegada del nuevo Mégane, por el momento desaparecen del mapa las carrocerías Coupé y Cabrio, ofreciéndose en formato 5 puertas, y de cara a final de año en familiar, con la llegada del Mégane Sport Tourer. Más adelante viviremos el regreso del Mégane Sedán, y quién sabe si finalmente nos sorprenderán con un Coupé o un Cabrio.
Cuando conocíamos el modelo en el mes de septiembre, su extraordinario cambio nos alentaba a pensar que el compacto del rombo tenía
sólidos argumentos para
coquetear con la clase Premium, no teniendo
ningún miedo a enfrentarse con pesos pesados como el
Volkswagen Golf o incluso el
Mercedes Clase A, con el que comparte alguna mecánica.
Ahora, ya hemos podido analizar el modelo con detenimiento, estudiando todas y cada una de sus partes. ¿Quieres conocer más de cerca a este totalmente nuevo Renault Mégane?, pues no te pierdas nuestra prueba a fondo.