El primer aspecto que Skoda ha cambiado radicalmente desde las dos generaciones precedentes del Superb ha sido el de la estética. Si el Superb de hace dos generaciones era poco más que un Passat con batalla alargada, el predecesor del actual contaba con una estética propia que no resultó sin embargo excesivamente atractiva y en la que, curiosamente, la carrocería familiar proporcionaba mejor resultado que la berlina. El diseño del actual Skoda Superb es radicalmente nuevo, más voluptuoso, más dinámico, más atractivo se mire por donde se mire. Josef Kaban, responsable de diseño de Skoda en Mladá Boleslav tenía clara la idea: "Si el vehículo capta mi interés a primera vista, miraré con mayor detenimiento, en caso contrario, lo dejaré pasar".
Dentro de estos cambios se ha optado además por ofrecer no sólo una imagen más poderosa, dinámica y atractiva, sino también más eficiente, pues se ha pasado de un Cx de 0,29 de la generación precedente a los 0,275 de la actual, contando además con una carrocería que, siendo 28 milímetros más larga y 47 milímetros más ancha, también resulta 75 kilogramos más liviana, todo un logro considerando que ahora también ofrece mayor cantidad de posibilidades tecnológicas.
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