Rusia

F1: una cuestión de Estado

VItaly Petrov que ya ha renovado por dos años con el equipo Lotus - Renault, seguirá contando con el apoyo financiero del gobierno ruso de la mano de su presidente Vladimir Putin.

Se venden G.P. de F1 al mejor postor

La estrategia de expansión de Ecclestone para "su" Mundial de Fórmula 1 parece que no tienen límites y  ello se demuestra porque ya ha puesto sus ojos en dos posibles destinos. Rusia, en 2012, y Nueva York, para un año más tarde, se perfilan como los dos nuevos granes premios en un futuro cercano.

Rusia quiere patrocinar a Renault

Sin Flavio Briatore ni Fernando Alonso en lo que queda de la escudería Renault no ha sido suficiente para que las noticias sigan rondando sobre esta marca francesa. La llegada del ruso Vitaly Petrov podría traer detrás a un peculiar... aliado.

Uri Geller es un mentalista que se hizo famoso en España al ser invitado en un programa de televisión y doblar –sí, doblar- en directo y delante de las cámaras, una cuchara con solo el poder de su mente… Y hoy, Uri Geller, vuelve a ser noticia, por que se ha hecho público que asiste psicológicamente a nada más y nada menos que a Lewis Hamilton. He de reconocer que, no hace más de una semana, mis, digamos: “contactos en la F1”, me comentaron que a este mentalista se le había visto junto al piloto de McLaren…, pero me resistí a creérmelo y, mucho menos, a escribirlo. Y me equivoqué. De haberlo hecho, me habría anotado un tanto periodístico…, o quizá también el mayor de los ridículos...

Uri Geller es un mentalista que se hizo famoso en España al ser invitado en un programa de televisión y doblar –sí, doblar- en directo y delante de las cámaras, una cuchara con solo el poder de su mente… Y hoy, Uri Geller, vuelve a ser noticia, por que se ha hecho público que asiste psicológicamente a nada más y nada menos que a Lewis Hamilton. He de reconocer que, no hace más de una semana, mis, digamos: “contactos en la F1”, me comentaron que a este mentalista se le había visto junto al piloto de McLaren…, pero me resistí a creérmelo y, mucho menos, a escribirlo. Y me equivoqué. De haberlo hecho, me habría anotado un tanto periodístico…, o quizá también el mayor de los ridículos...