Más bonito, más eficiente
Lo primero que nos llama la atención son esos pequeños grandes cambios que hacen al modelo bastante más atractivo (al menos desde nuestro punto de vista) Los marcados pasos de rueda de la generación anterior se han disimulado mucho más en la quinta generación, y ahora encontramos una línea horizontal que rebaja un poco la sensación de pesadez del conjunto. Quizás como concesión a la galería se han añadido también unos protectores de plástico laterales muy discretos pero sin utilizar los tambiÉn habituales en los pasos de rueda.
La aerodinámica ha tenido mucho que ver en la creación del nuevo Subaru Outback. Así, el diseño de la parte posterior del modelo se ha variado y se ha incorporado un spoiler posterior para evitar turbulencias en la zona posterior. Mientras, encontramos una rejilla frontal que se cierra dependiendo de las necesidades de refrigeración (sólo en algunas versiones de gasolina) para mejorar la eficiencia aerodinámica, y unos flaps situados delante de las ruedas para canalizar el paso del aire bajo el vehículo.
Con el nuevo diseño de la carrocería y por lo que respecta a las capacidades todoterreno, se ha logrado hacer que el Outback sea no sólo mejor en carretera, sino también en campo. Con unos ángulos de ataque y salida de 18,6º y 23,1º el Outback proporciona además una altura al suelo de 20 centímetros y un ángulo ventral de 20,4º, pudiendo con ello circular por muchas zonas que la inmensa mayoría de usuarios simplemente calificarían de imposibles. Como ayuda a todo lo anterior se ofrece el XMode, un sistema que aporta control de descenso en pendiente y control mejorado de la tracción. El control de descenso en pendiente actúa hasta 20 km/h mientras que el control de tracción actúa sobre motor, transmisión y control de estabilidad hasta una velocidad de 40 km/h.