Tras muchos meses de espera, antes del verano se iniciaba en nuestro país la comercialización del Alfa Romeo Giulia. Hablamos de un modelo que se plantea clave para el fabricante italiano, llamado a iniciar una nueva era de éxitos para la compañía que tendrá su continuidad con el recién presentado Alfa Romeo Stelvio, el primer SUV de la marca.
Para alcanzar tan ambiciosa meta, el Alfa Romeo Giulia cuenta con sólidos argumentos como un trabajado diseño exterior, unas altas calidades interiores, una buena dotación tecnológica, y una lograda dinámica de conducción. Unos argumentos más que suficientes para luchar sin ningún miedo con ese famoso tridente alemán formado por el Audi A4, el BMW Serie 3 y el Mercedes Clase C, sus rivales más directos.
Esbeltas líneas las del Alfa Romeo Giulia
En la actualidad la gama Giulia se encuentra estructurada en 3 principales niveles –Giulia, Super y Veloce-, a los que se une un cuarto, el máximo exponente de la deportividad que lleva por nombre Quadrifoglio. En cuanto a sus posibilidades mecánicas, podremos optar entre 4 opciones diésel de 2.2 litros con 136, 150, 180 y 210 CV de potencia, o tres opciones gasolina de 2 litros con 200 o 280 CV, y de 2.9 litros con 510 CV.
En esta ocasión hemos podido contar para la prueba con un Alfa Romeo Giulia Super 2.2d con 180 CV de potencia y cambio manual de 6 velocidades. Es decir, una unidad con el nivel de acabado medio y la mecánica diésel igualmente media; siendo, por tanto, una opción muy racional dentro de la gama, como veremos más adelante.