Escalofriante

Hay veces que pienso que es mejor pensar en positivo y no dejarse llevar por el alarmismo al que nos llevan las cifras que podemos ver en los últimos tiempos, pero creo que los datos, y los contrastados especialmente, son el mejor reflejo de lo que estamos viviendo. Pues eso, ahí van. El año pasado un total de 39.089 trabajadores del sector automovilístico español sufrieron los efectos de los temidos expedientes de regulación de empleo (ERE), es decir, cuatro veces más que el año anterior.

En 2007, en España se vieron afectados por estas medidas de recorte de volumen de plantilla cerca de 11.000 trabajadores de la industria española de la automoción. Los fabricantes de vehículos que se encuentran instalados dentro de las fronteras españolas aplicaron 217 EREs, lo que representa una cifra muy superior a los mismos expedientes realizados por las mismas empresas en 2007.

Las cifras nos muestran que la situación económica se complicó gravemente durante el pasado año, en comparación con el año de bonanza que vivimos en 2007, lo que no se puede saber es si estas cifras serán el tope al que llegaremos, o si realmente la crisis todavía no ha tocado fondo y nos queda todavía lo peor.

Esperemos que en lo que resta de año los expedientes de regulación de empleo aplicados en las plantas españolas se vean reducidos drásticamente, lo que significaría que cada vez se venden más coches y que todo funciona como antes, pero parece que si no se toman medidas eficaces para lograrlo esta situación se puede retrasar más de lo necesario y en especial en España, puesto que otros países se han puesto las pilas para evitar el debacle de sus respectivas industrias del automóvil.