El famoso ver y ser vistos
No hay nada más molesto que encontrarse a un coche de frente de noche en una carretera de doble sentido y que una de sus luces nos alumbre directamente. Seamos sinceros, la mayoría nos conformamos con saber que las luces de nuestro coche funcionan, pero si luego una va mirando a Cuenca y otra a Toledo es algo a lo que le prestamos menos importancia... y nos equivocamos.
Sin duda debemos comprobar que todas y cada una de las luces de nuestro vehículo funcionan, algo que en la inmensa mayoría de coches, incluso aunque tengan ya unos años, quedará constatado por el autocheck del propio automóvil. Si por lo que fuera tuviéramos una luz fundida es importante que la cambiemos y que, por supuesto, mantengamos un recambio dentro del vehículo, pues esto es además obligatorio y si no lo cumplimos podemos ser convenientemente multados. Pero, además de todo lo anterior, hemos de verificar que la altura es correcta (en los faros de Xenon tienen regulación automática) y que todas las tulipas están en perfecto estado, evitando que la luz directa de la bombilla pueda ser vista desde el exterior.