El mes de mayo, que dejamos atrás recientemente y durante el cual se celebró el primer aniversario del programa de ayudas directas a la compra de vehículos, denominado Plan 2000E, ha sido probablemente el último de este año en el que se registren los fuertes aumentos de las matriculaciones de automóviles. Razones, hay dos que sobresalen por encima del resto.
La primera de las razones que explican el previsible retroceso (o menor subida que en meses anteriores) de las entregas de automóviles en el mes de junio de este año es que las cifras se empiezan a comparar con el mismo mes del ejercicio precedente, que fue el primero en el que estuvo vigente complemente el Plan 2000E y fue entonces cuando el mercado se empezó a recuperar, por lo que este año se comparará entre subidas y subidas.
El segundo motivo que puede explicar esta ralentización del mercado del automóvil en España para junio (según las estimaciones de las principales asociaciones del sector) será la finalización de los fondos destinados a las ayudas directas a la compra de coches, que este año contaban con una dotación presupuestaria de 100 millones de euros. No se espera que estos fondos superen el mes de junio.
Por último, me gustaría poner sobre el tapete otro de los factores que más influirá, sobre la economía española en general, y sobre las ventas de automóviles en particular durante los próximos meses, como será la subida de dos puntos porcentuales del IVA, que se producirá en julio y que repercutirá directamente sobre el poder adquisitivo de los consumidores, lo que probablemente afectará al consumo de bienes sobre los que se puede alargar la vida útil, como los coches.