Esta versión que probamos del Range Rover Evoque disponía de cinco puertas, un detalle que muchos -incluido el que realiza la prueba- creíamos que no era posible la primera vez que echamos un vistazo al modelo. Eso sí, en las versiones de tres puertas (dos laterales y portón trasero) los asientos posteriores están pensados para sólo dos ocupantes, mientras que cuando existen dos puertas traseras el comprador puede elegir si desea una configuración para dos o para tres ocupantes.
Lo que sí encontramos en estas plazas posteriores es un espacio mucho mayor del que aparenta el vehículo al verlo desde el exterior. La línea descendente del techo y la ascendente de la cintura del modelo hacen que la ventanilla trasera pierda altura pero en su interior los ocupantes encuentran espacio de sobra tanto a lo alto como a lo ancho, sobre todo si optamos por dos plazas posteriores. El truco está en que es el primer Range Rover diseñado con los asientos posteriores en una posición tan baja, pues lo habitual es que estuvieran incluso por encima de los asientos delanteros.
Pero los pasajeros posteriores no son los que más mimos reciben en el Range Rover Evoque, de hecho, y considerando lo bien realizadas y el detalle puesto en las plazas delanteras, podría incluso decirse que los ocupantes posteriores son casi la clase turista en un vehículo que está pensado como los aviones, con la clase Business ubicada en la parte delantera. Como ejemplo tenemos que no existen salidas de ventilación para los pasajeros, existe un reposabrazos central, aunque con ningún tipo de reglaje, igual que los asientos, que son totalmente fijos. Para dejar impedimenta sólo contamos con el hueco pequeño entre los asientos delanteros o las redes flexibles frente a los ocupantes, mientras que el espacio en las puertas no es excesivo.
El portón posterior puede abrirse desde la parte delantera, aunque no dispone de apertura y cierre automático. El espacio general del maletero sorprende para bien en un automóvil que, por supuesto, ofrece asientos posteriores abatibles asimétricos para poder transportar objetos grandes o ampliar tremendamente la capacidad de carga. Lo que no encontraremos en el Evoque es una rueda de repuesto, estando su lugar ocupado por un kit antipinchazos que ocupa una barbaridad, francamente, aunque en su favor debemos decir que permite llevar todo bien ubicado y ofrece huecos aprovechables por si queremos llevar elementos fuera de miradas indiscretas.
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