Volkswagen: 7 verdades para un juicio justo

Por David Ayala (periodistamotor)

El Start-Stop no es una trampa

Otro de los argumentos que se está esgrimiendo por parte de supuestos informadores veraces está siendo el de la supuesta trampa que supone la utilización del start-stop para lograr la homologación. Vayamos por partes, el start-stop es un sistema que permite apagar el motor mientras el vehículo está parado y ponerlo de nuevo en marcha sin que el conductor tenga que intervenir para ello, pues basta con engranar la marcha y acelerar para que el motor arranque y el vehículo continúe avanzando.

Cierto, muchos vehículos no serían capaces de pasar la homologación en su proceso de consumo urbano si no fuera por la existencia del star-stop pero ¿supone eso una trampa? Rotundamente no. El ciclo urbano de homologación existe para intentar limitar las emisiones en donde son más perjudiciales, es decir, en la ciudad. Un vehículo dotado de start-stop consigue dicho objetivo, pues existen muchas situaciones en las que los vehículos están parados en ciudad y, debido a la existencia del sistema, no emiten nada mientras están parados. Es más, dichos sistemas solo trabajan en determinadas circunstancias de funcionamiento del motor, tanto por motivos de eficiencia como de conservación de la mecánica, y no es algo que se oculte, sino que desde el principio se ha expuesto como lógica inherente al sistema.

Justo en consonancia con la imposibilidad de realizar unas homologaciones de consumo absoluta y completamente reales, nos encontramos con este tipo de sistemas que buscan ofrecer los mejores resultados en los ciclos exigidos por la homologación. Es un círculo en el que la gallina (ciclo de homologación) va siempre antes que los huevos (sistemas utilizados para cumplirlos). No podemos por tanto perder de vista que son las mediciones exigidas las que habrán de intentar estar a la altura de las circunstancias. Estamos de acuerdo en que las normativas pueden, y deben, ser más realistas, pues las marcas desarrollarán vehículos y sistemas adaptados a cumplir dichas normativas y, cuanto más realistas sean éstas, más cercanos estarán los consumos reales con los obtenidos en la homologación.

Autor: David Ayala