De siempre se ha dicho aquello de "en casa de herrero cuchara de palo" y yo, que habitualmente ando trasteando con el refranero, parece que además quiero seguir a pies juntillas la sabiduría popular. Tanto es así que en casa hemos andado con vehículos de bastante edad un montón de tiempo (yo, que le digo a todo el mundo que los coches nuevos son más seguros, con mayor equipamiento y más prestacionales que los antiguos... y además lo pienso).
Pero claro, caballero don dinero manda y la situación es la que es. No obstante y dado que la seguridad de la familia es lo primero decidí hace un tiempo que tenía que ponerme a buscar un coche nuevo, y así lo hice. Como el tema de la bicicleta de montaña no sólo es mi gran afición sino que además he montado también una web de bicis (bicipasion, no dejéis de visitarla) me decidí por un Opel Meriva 1.7 CDTi con el sistema flexfix, de tal modo que contaba con un vehículo suficientemente amplio en su interior, poco gastón, suficientemente prestacional y capaz para llevar las bicicletas con total seguridad y sin detrimento para la capacidad de carga.
Ayer mismo pasé a recogerlo por las instalaciones de Opel y lo celebré con mi mujer con un cine y una cenita, porque a pesar de la situación la vida continúa y hay que disfrutarla en la medida de lo posible. Hoy, para comenzar bien la nueva vida del Opel Meriva en nuestra casa, me he dirigido a la gasolinera y he llenado el depósito hasta la boca. Así, "pá que no falte de ná". He cogido la manguera y la he enchufado al depósito dejando el pitorrito enganchado para que se llenara solo, y ahí me he quedado esperando, pensando que es bonito eso de tener un coche nuevo y que espero que, dedicándome a esto de los coches y a asesorar a la gente en sus nuevas adquisiciones, no tenga mala suerte con esta unidad, porque ni yo soy infalible ni el mejor de los mejores vehículos está libre de tener una avería. Ha tardado un buen rato en llenarse, y cuando ha saltado la manguera indicando que ya estaba lleno he procedido a ponerla en su sitio. Me he acercado despacio, he mirado dos veces, no me lo creía, pero ahí estaba, era cierto, escrito bien clarito: "Sin plomo 95"
¿¡¡¡CÓMO!!!? NO ME LO PUEDO CREER, más de dos décadas cogiendo infinidad de coches, he probado cientos de vehículos, manuales, automáticos, diésel, gasolina, con plomo, sin plomo, híbridos, eléctricos... y jamás, y quiero decir jamás, había confundido el combustible que requería el modelo en cuestión a la hora de repostarlo... hasta que me he comprado uno, y voy, y lo confundo. Lo sé, es para partirse de risa cuando lo escuchas y para echarse a llorar si eres el protagonista, es decir, yo. No me he echado a llorar, he dejado el coche donde estaba, he llamado al seguro, ha venido la grúa y se lo han llevado a un taller para que procedan a vaciar el depósito para poder llenarlo de nuevo, aunque espero que esta vez no me confunda y eche gasóleo. Cuando le he dicho al de la gasolinera a lo que me dedicaba me ha dicho que no le cuente a nadie lo que me ha pasado. ¿Por qué? Le he respondido. Se trata de un error, no es que esté orgulloso de haberlo cometido, pero todos cometemos errores. Los asíduos ya me conocéis, no soy políticamente correcto e intento ser completamente honesto. Con honestidad hoy me he sentido tremendamente estúpido, pero eso no quita para que pueda compartirlo con vosotros y me reafirme en que todos somos humanos "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".