Ayer fui al primer evento que me han invitado como blogger (todavía no sé si debo escribirlo así, o bloguer, o bloger, en fín, ya aprenderé) El caso es que se trataba de una presentación estática del Subaru Impreza. Por supuesto, daré cobertura del mismo, pero no quería hacerlo sin antes realizar una especie de recopilación de artículos relacionados con la Marca que he ido realizando durante los años en mi labor de periodista del motor. En especial, la realización de esta prueba tuvo gran culpa de que me enamorara del Subaru Outback. Se publicó en Autovía en el año 2004.
ELLOS SE LO PIERDEN
El trabajo realizado por los técnicos de Subaru ha dado unos excelentes frutos. El Outback representa un candidato más que razonable para quienes busquen un Modelo prestacional con el que, además, tener la posibilidad de adentrarse en pistas o circular por carreteras heladas, y todo ello con un amplio equipamiento y tres años de garantía.
Indagando en la oferta del mercado español la competencia directa del Subaru Outback puede contarse con los dedos de una mano, con dos de ellos para ser exactos. Y es que sólo el Audi Allroad Quattro 2.7 Tiptronic y el Volvo XC70 2.5T se enfrentan directamente al Modelo japonés. Modelos todo terreno hay muchos, vehículos de los denominados SUV hay, por lo menos, otros tantos, y versiones familiares con tracción total también comienzan a ser una amplia cuadrilla. Sin embargo, Audi, Subaru y Volvo basan estos modelos en la Carrocería familiar de una berlina (Legacy en el caso de Subaru, A6 para el Audi y S60 para el XC70) a la que, mediante la adopción de elementos exteriores diferenciadores como son los pasos de rueda o las defensas ampliadas, se ha separado estéticamente de la gama y, además, se le ha aportado tracción total, mayor Altura al suelo y un potente motor para ofrecer un “todocamino” prestacional muy enfocado a su uso en carretera.
Sin embargo, el habitual desconocimiento de Subaru como Marca suele ser un impedimento para que los potenciales clientes del Allroad y XC70 lo tengan presente a la hora de adquirir un vehículo… y ellos se lo pierden. La actual generación del Outback supone un importante paso adelante en cuanto a aspecto exterior e interior y se sitúa por méritos propios en el mismo campo de actuación que los dos modelos europeos independientemente de pertenecer a una Marca con, al menos en teoría, menor imagen.
La Carrocería del Outback ha mejorado mucho respecto a su predecesor pero la gran mejora se presenta al acceder al habitáculo. Tanto los materiales como los ajustes superan nuestras expectativas más optimistas; para el volante se recurre al especialista Momo, los asientos, de cuero y con ajuste eléctrico de serie, proporcionan un buen agarre además de excelente confort, la situación de todos los mandos es muy satisfactoria y el Navegador (única opción disponible junto a la pintura metalizada) ofrece una pantalla táctil de gran tamaño en la que es incluso posible conocer la posición del vehículo mediante coordenadas.
El potente motor dispone de par más que sobrado para hacer de la conducción en todo tipo de terreno una mera cuestión de dejarse llevar, sobre todo si nos referimos a autovías o autopistas, donde proporciona además un excelente confort de marcha. Sin embargo, los más “deportistas” agradecerán el trabajo que realizan las suspensiones ante carreteras más viradas, donde el Subaru “pide” una conducción decidida a la que responde con un comportamiento mucho más dinámico que el sugerido por su Carrocería. La suspensión trasera multibrazo responde sin problemas ante dichas situaciones mientras que el Control de Estabilidad, desconectable, sólo actúa cuando es necesario.
Curiosamente es en campo donde peor se defiende de sus adversarios, pues tanto por recorrido de suspensiones como por los diferentes ángulos de entrada, salida y ventral el Subaru está algo peor situado que aquéllos. Ahora bien, pocos usuarios –uno o ninguno- exigirán de este tipo de vehículos unas aptitudes fuera de carretera superiores a las que un Outback sea capaz de enfrentarse. Mientras, el funcionamiento del cambio en automático no nos termina de convencer por su lentitud, y todo lo contrario nos ocurre con su manejo en manual donde, además de utilizar la disposición que consideramos más adecuada (hacia delante para reducir y hacia atrás para aumentar de Marchas) sólo responde a las solicitaciones del conductor, no pasando a otras Marchas salvo que así sea requerido, y recurre a flechas en el salpicadero para indicarnos la disponibilidad de Marchas superiores o inferiores.
Con un equipamiento en el que es de serie todo lo recomendable y algo más, incluyendo techo, tapicería de cuero, Control de Estabilidad, Control de tracción, llantas y Climatizador, el precio del Outback está sólo algo por encima del Volvo (con 210 CV de un motor turbo) y muy por debajo del Audi (también con mecánica sobrealimentada y 250 CV) Quizás, al aparcarlo delante de nuestra casa no tengamos a todos los vecinos husmeando por la ventana para rabiar de envidia por nuestro vehículo pero, si buscamos un coche para nuestra satisfacción personal, el Outback responde con argumentos muy sólidos, y nosotros sabemos que, si nuestros vecinos no desean un vehículo como el nuestro es simplemente porque no saben lo que se pierden.