Pruebas de consumo y Arturo de Andrés

En una de las últimas presentaciones a las que he acudido he vuelto a participar en una prueba de consumo. Era la gama Ecomotive de SEAT y, como no había preparado el viaje con antelación, me encontraba en el aeropuerto de Barcelona sin compañero de coche después de haber tomado el punete aéreo anterior al que me correspondía. No sé si os lo ha comentado antes, seguro que sí, pero soy un completo despistado al que siempre le pasan estas cosillas. Esperando a que llegaran mis compañeros de presentación supe por los encargados de la flota que en los días anteriores había ganado siempre un Altea XL. Curioso, pues se encontraba también disponible el León Ecomotive entre los modelos testados, y su consumo homologado es claramente inferior.

Pregunté a los responsables los nombres de quienes serían mis compañeros del día y, entre ellos, estaba Arturo de Andrés. Dada la admiración que le tengo tanto a su persona como a sus conocimientos, decidí preguntarle si querría que compartiéramos coche durante la prueba. Arturo, pozo sin fondo en el conocimiento del automóvil, fue mi jefe directo durante los cinco años más satisfactorios que jamás tendré como periodista del motor. Él, junto con Guillermo López, que fué quien me dió la oportunidad de ser lo que soy, supo perdonar los muchos errores que cometí al inicio de un aprendizaje que nunca acaba, recondujo mis ansias de saber hacia caminos poco concurridos y, sobre todo, me permitió crecer personal y profesionalmente con buenos consejos y total ausencia de autoritarismo.

Hoy sigo cometiendo errores, ansiando saber, tomando caminos buenos o equivocados, pero lamentablemente no está sentado a dos metros de mí para hacerme ver lo mucho que me equivoco en ocasiones en las que estoy seguro de saber a ciencia cierta lo que escribo. Por eso quería compartir coche con él y por eso me sentía tan orgulloso cuando accedió sin titubeos. Arturo tomó el volante los primeros kilómetros, estuidando al detalle las características del Altea XL que habíamos escogido. Ordenador a cero en sus dos posiciones (Trip A y Trip B), cálculo del desarrollo en las marchas más largas, estudio de la optimización del consumo tanteando las posibilidades de la mecánica. Algunos compañeros, con cierto tono despectivo, le llaman "el decimillas", yo digo que es meticuloso; muchos más que la inmensa mayoría, por eso ha sido el único periodista del motor que conozco que ha generado una verdadera legión de seguidores.

continúa...