Era un sábado de marzo de 2003, las instalaciones de Koenigsegg se encontraban vacías salvo por un operario que realizaba operaciones de limpieza, la actividad del fabricante había sido frenética durante los últimos días, pues la semana siguiente habían de estar presentes en uno de los eventos más importantes del año para el mundo de la automoción; el Salón del Automóvil de Ginebra. Un inconfundible olor a quemado alertó al trabajador, y al comprobar su procedencia descubrió que estaba ardiendo el edificio en el que se fabricaban los vehículos de la marca. Con veinte minutos de trayecto desde el lugar en el que los propietarios recibieron las noticias hasta la fábrica Christian, CEO y propietario de Koenigsegg, sólo escuchaba una frase: "la fábrica se está quemando". Años de trabajo, de ilusión, de contratiempos y de pequeños y grandes triunfos parecían estar abocados a quedar reducidos a cenizas.
...leer máscontenidos / pág.1 contenidos 1 pág. | Ordena por |