Tal y como se están poniendo las leyes españolas respecto al tráfico, no me queda más remedio que reconocer mis delitos. Soy un asesino o, al menos, soy un asesino en potencia. Si fuera creyente tendría que decir: perdóname, Señor, porque he pecado. Siendo español he de confesar; deténme Guardia Civil, porque he circulado por encima de 200 km/h.
...leer máscontenidos / pág.1 contenidos 1 pág. | Ordena por |