Dentro de la prueba del Outback se daba una explicación técnica de su mecánica (el seis cilindros de tres litros)
Cilindros opuestos y a la última
La utilización de una mecánica de seis cilindros opuestos es una de las características técnicas más singulares de este ya de por sí particular vehículo. Optando por esta configuración se garantizan algunos aspectos importantes: el buen equilibrado del seis cilindros, el reducido espacio longitudinal y la reducción de la Altura. Así, un seis cilindros en línea mejora su equilibrado por estar los cilindros compensados dos a dos respecto al centro del cigüeñal, aunque las vibraciones producidas por un 6 en H sean muy limitadas. Mientras, la menor Longitud y Altura permiten una distribución de pesos más favorable, mejorar la aerodinámica, bajar el centro de gravedad y una Carrocería mejor aprovechada.
Todos los atributos comentados se conseguían ya en la anterior generación del Outback por lo que para ésta se ha seguido el camino de la mejora interna mediante la evolución del sistema de distribución variable. En la anterior generación se contaba con un árbol de levas de admisión con variación continua al que, para la actual, se le ha añadido también el control de alzada de válvulas de admisión. El sistema utilizado se basa en la utilización de dos levas de diferente perfil por cada válvula de admisión, una para regímenes bajos y otra para regímenes elevados. La unidad de control del motor, dependiendo de la carga y velocidad de giro de la mecánica, alterna dichas levas mediante la intervención de un solenoide que suministra aceite a presión al taqué encargado de alternarlas. Básicamente, hasta 2.000 rpm se utiliza la leva de bajas, entre 2.000 y 4.000 rpm el uso de una u otra depende de la carga y, a partir de 4.000 rpm, interviene siempre la leva de alta. Mientras, el movimiento del árbol de levas de admisión se produce por presión de aceite en un rango que permite variaciones de hasta 50º respecto a su posición normal.