Son las ocho de la tarde, acabo de llegar a casa, llevo algo así como 36 horas sin haber descansado más de tres horas completas y nunca más de hora y media seguida. En mi exterior, dichos antecedentes pasan factura, en mi interior, la satisfacción de un día inolvidable gracias a un grupo de gente extraordinario.
Al final resultó que nuestra estrategia era bastante buena, pero nos quedamos cortos de Combustible por... un litro aproximadamente, lo necesario para realizar unos 16 kilómetros, es decir, la distancia que hubiéramos podido recorrer durante las últimas cuatro vueltas de la carrera cuando, después de haber pasado a ocupar la novena plaza debido a un abandono, nos situábamos a menos de 10 segundos del octavo clasificado.
No quería dejaros con la intriga del resultado por lo que, a pesar del enorme cansancio acumulado, he decidido escribir este post. En otro momento, cuando la pesadez de los párpados no me lo impida y la ducha no me este llamando a gritos, os contaré detalladamente el desenlace de nuestra carrera, mientras tanto, os dejo con la clasificación y con un enlace imprescindible: Africa Directo
Africa Directo es la ONG por la que nuestro automóvil participaba y que se volcó con nosotros. En las últimas horas había al menos una decena de niños pequeños rondando por el box, con un montón de gente encantadora que nos animaba por haber participado en una carrera intentando conseguir un poco más de dinero para ellos. No lo conseguimos, pero sus sonrisas y agradecimientos no se amilanaron ni un poquito. Gracias.