Un Lancia Ypsilon que no compraría

 Soy un enamorado de la técnica y, además, suelo comulgar con esos ambiciosos técnicos que intentan seguir avanzando independientemente de lo que puedan decir sus detractores. Por eso he defendido en muchas ocasiones al grupo Fiat, porque a pesar del gran desconocimiento de sus muchísimas creaciones no puedo olvidar que fueron los primeros en unir turbo y compresor mecánico en un automóvil de competición de hace ya algunas décadas, o que en el campo del diésel se adelantaron en el control electrónico de la inyección, en el conducto común o en la inyección multipunto y, más cercano en el tiempo, su sistema multiair es sin duda el más avanzado sistema de distribución variable existente en la actualidad.

Sin embargo he de decir que varios de los elementos que se dan cita en el Lancia Ypsilon TwinAir dotado de cambio robotizado hacen que este automóvil no me haya convencido. Por un lado tenemos un motor tremendamente voluntarioso pero poco apto para el modelo, pues tanto la sonoridad como las vibraciones lo alejan de la supuesta imagen exclusiva y confortable de Lancia. Igualmente poco confortable es el cambio manual robotizado, cuyas transiciones de una marcha a otra en posición automática tampoco ayudan a aumentar la comodidad de uso. Y por último, pero no menos importante, me ha resultado difícil adaptarme a todos esos pitidos que por uno u otro motivo intentan avisar al conductor de que se ha dejado la llave, ha intentado cambiar cuando no se puede, está aparcando demasiado cerca de algún objeto o etc... Creo que casi cualquiera de las tecnologías que no me han convencido en el Ypsilon serían de mi agrado en algún otro coche, pero unir a todas ellas en un automóvil destinado al público al que se supone que se dirige el Ypsilon me parecedesacertado.