Sábado - 20.Abril.2024 |
Vehículos que en su momento fueron el orgullo de sus propietarios y rodaron durante años de forma satisfactoria han acabado sus días arrumbados junto a una tapia, al final de cualquier recóndito camino, en medio de un prado o aplastados bajo el chamizo que los ha cobijado.
Considerados residuos contaminantes, en los últimos tiempos las leyes medioambientales han retirado muchos de los campos españoles, pero aún es posible encontrarse algunos, en estados muy variables, dependiendo especialmente del tiempo y de lo oculto de su emplazamiento, encontrando desde vehículos casi completos hasta otros prácticamente irreconocibles.
En las imágenes vemos un Dodge Dart producido por Barreiros con el capó abierto como en un último suspiro, un viejo Ford A, finalmente de color óxido, un 1.400 C, puede que el antiguo taxi del pueblo, un SEAT 132 casi irreconocible, en el que una llanta plateada contrasta con el lamentable estado del resto del vehículo. Los Citroën bicilíndricos siempre fueron vehículos muy adecuados y extendidos en las zonas rurales, y por ello es fácil encontrar aún sus restos, así como las furgonetas, como esta Romeo Fadisa, o la DKW F-1.000, y otros vehículos cuya estampa fue tradicional en nuestros caminos como el Land Rover Santana, y que también son relativamente fáciles de encontrar.