Antigua fábrica francesa de automóviles fundada en París por Charles Jean-taud,
quien ya en 1878 había proyectado un sistema de dirección para coches de caballos. (Cuadrilátero de Jeantaud.)
Jeantaud, que nació en Limoges en 1843, se dedicó a los estudios acerca de la propulsión de los vehículos hacia 1880 y, en 1881, puso a punto un coche con motor eléctrico. El empleo de la electricidad como energía motriz caracterizó todas las realizaciones posteriores de este inventor francés que, hasta 1903, no aplicó a sus automóviles motores de explosión.
La fabricación de automóviles Jeantaud comenzó hacia 1893. Uno de los primeros coches construidos, una especie de break de 6 plazas, participó en el año 1895 en la legendaria París-Burdeos. Su motor eléctrico, construido sobre proyecto de un tal Rechniewsky, desarrollaba una potencia máxima de 7
CV y estaba alimentado por baterías de 300 Ah. La velocidad máxima del vehículo era de 24 km/h.
Fue el propio Jeantaud quien pilotó su automóvil, pero se vio obligado a retirarse tras haber recorrido 580 km a un promedio de 18 km/h.
También se debe a Jeantaud la organización de los primeros intentos de récord. En 1898 se disputó en París una prueba de velocidad, que fue ganada precisamente por un Jeantaud con motor eléctrico. De los posteriores intentos de récord, llevados a cabo por el conde Chasseloup-Laubat con automóviles Jeantaud, surgieron los famosos desafíos con Camille Jenatzy. Chasseloup-Laubat alcanzó en 1899 los 92,698 km/h, pero fue batido por el Jamáis Contente de Jenatzy, que superó los 100 km/h.
Perdido ya el desafío en el plano de la velocidad, Jeantaud abandonó los acontecimientos deportivos y prosiguió con la construcción de automóviles, tratando de mejorar sus prestaciones, con especial atención por la autonomía. También la línea, que hasta entonces había copiado de los esquemas de los coches de caballos, fue modificada por el constructor, quien dotó sus creaciones de un capó delantero en el que agrupó las baterías.
Además, los Jeantaud fueron equipados con un cambio especial de velocidades de 5 marchas y con accionamiento de la dirección mediante volante (en lugar de barra). La velocidad de estos automóviles era de unos 20 km/h, mientras que su autonomía se mantuvo alrededor de 60 km. Un detalle muy interesante estaba constituido por los frenos (presentes tan sólo en las ruedas traseras), que iban accionados eléctricamente.
Jeantaud, para oponerse a la competencia de los automóviles con motor de explosión, intentó también la aplicación a sus vehículos de motores de
gasolina, de 1 y 2 cilindros, pero lo hizo únicamente a título experimental, siendo un defensor convencido de la propulsión eléctrica. En 1905 realizó un automóvil nuevo y más moderno, con tracción delantera, también con motor eléctrico, pero al año siguiente puso fin a su existencia suicidándose.