Historia de la marca RAUCH & LANG

Esta antigua fábrica norteamericana de Cleveland (Ohio) construía carros y coches de caballos desde 1853. En 1905 comenzó a fabricar vehículos de propulsión eléctrica. Se trataba de automóviles totalmente convencionales, tanto desde el punto de vista técnico como desde el estilístico, que tuvieron una escasa difusión.

En 1916, la empresa se fusionó con la Baker, otra marca de dicho sector con sede en Cleveland, originándose el grupo Baker, Rauch & Lang. Uno de los dirigentes de la nueva sociedad, Ray Owen, pensó en adaptar al automóvil la transmisión magnética Entz, hasta entonces empleada únicamente para buques. Así surgió el lujoso modelo Owen Magnetic, en el cual la energía eléctrica necesaria era suministrada por una dinamo accionada por un motor normal de 6 cilindros.

En 1922, la sociedad fue reorganizada, pasando a denominarse Rauch & Lang Inc., y su producción, ya casi simbólica, fue trasladada a los talleres Stevens-Duryea de Chicopee Falls (Massachusetts). Los pocos ejemplares construidos hasta finales de los años veinte fueron, en su mayoría, taxis eléctricos y de gasolina.