Los más asíduos a este blog sabrán de mi debilidad por la anterior generación del Subaru Outback. Además, seguro que también recuerdan el pequeño desencanto que tuve al probar la nueva generación. Eso de que se haya realizado un automóvil que es más alto, más largo, más pesado... y todo ello con igual potencia, no es algo que cuadre en mis expectativas. Por otro lado, también ha resultado ser que el diferencial central que yo daba por excelente pensando que se trataba de un Torsen resultaba ser un viscoso que, funcionando como lo hace de manera excelente, me llevó a cometer dicho error. Curioso, no obstante, porque el Subaru es, que yo sepa, el único coche que dependiendo de su motor y transmisión utiliza un tipo de diferencial u otro.
En fin, que resulta que mis gustos deben ser totalmente opuestos a los que existen en Estados Unidos, porque la Marca japonesa está cosechando allí un éxito sin precedentes que le está llevando a conseguir nuevos records de venta cada mes. Tan diferentes somos, que el Modelo que más se vende al otro lado del Atlántico es la Versión Sedan del Legacy, habiendo desbancado de dicha posición a las carrocerías familiar y Outback.
Del tema de las ventas me enteré ayer al asistir a la presentación del Legacy 2010. Este Modelo no es ni más ni menos que el propio Outback pero más bajito -o el Outback es un Legacy más alto, como prefiráis-. De nuevo pude conducir la Versión diésel y circular por los puertos de Canencia y Morcuera al lado de Madrid. Que la mecánica sigue siendo uno de los propulsores de gasóleo más satisfactorios que yo he conducido en su rango de potencia es algo que no puedo negar. Que el comportamiento básico es cuasi-deportivo, con una tendencia menos subviradora y más ágil del tren trasero que en la mayoría de la competencia también continúa siendo una realidad, pero que la sensación de pesadez a sus mandos es mayor que en el Modelo precedente es algo que, también en el Legacy, he podido percibir.
Me reafirmo. El Subaru Legacy, como ya le ocurrió al Outback, es un Modelo pensado para ganar más público y, por tanto, mayores ventas. Creo que lo va a conseguir. Al público en general le gustan temas como el freno de mano electrónico -yo le cortaría las manos a su inventor-, la gente ve con buenos ojos un vehículo más grande independientemente de su peso -yo aplaudo posiciones como la de Mazda, que ha hecho suya la "política del gramo"-, los conductores medios se sienten más seguros en coches más grandes por dentro -yo quiero espacio interior pero no a costa se sacrificar kilos-. En fin, que sin duda en Subaru han sido inteligentes y han creado un coche más adecuado para satisfacer al gran público. Un gran coche, sin lugar a dudas, pero no el coche que a mi me gusta. No pretendo criticarlo, pero lo que no puedo hacer tampoco es mantener mi total fidelidad.