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Volkswagen e-Up, las peripecias de un coche eléctrico

De bruces con la realidad

Parte trasera Volkswagen e-Up
 
Al poner el coche a cargar en el enchufe normal de casa me encuentro con el primer problema. Por algún motivo que a día de hoy no he llegado a saber el coche no carga. Lo malo es que no me di cuenta nada más enchufarlo, sino cuatro horas después de hacerlo, cuando me disponía a realizar un pequeño recado a escasos kilómetros de casa. Me aventuro a coger el coche realizando un recorrido completo de apenas 10 kilómetros en entorno urbano que me devuelve un descenso de autonomía bastante lineal. Está claro, el valor de la autonomía de los coches eléctricos es como el valor en la mili, se le supone, pero no deja de ser un valor meramente orientatio.

Por la noche soy capaz de poner a cargar el coche sin que exista ningún problema en ello (apunto en la libreta que tengo que preguntar sobre posibles problemas en la carga) Al día siguiente la carga está completa y realizo mi vida normal.Llevo a mis hijas al colegio en un recorrido de ida y vuelta de apenas 20 kilómetros. No estoy preocupado por la autonomía, llego de sobra y sin problemas, y a mis hijas les fascina eso de que el coche no suene absolutamente nada.Al volver a casa, por supuesto, pongo el coche a cargar. (esto ha de ser algo automático al tener un coche eléctrico)
 
 

Video imágenes exteriores Volkswagen Up

Pasados unos días viene la verdadera prueba de fuego del e-Up, tengo una presentación fuera y debo coger un avión.El aeropuerto, a unos cincuenta kilómetros de casa, es mi destino, pero no puedo dejar el coche cargando una vez llegue, sino que tengo que dejarlo aparcado y, cuando vuelva,utilizar lo que resta de carga para volver a mi hogar. 
 
Muy temprano y con escaso tráfico desenchufo el e-Up y compruebo la autonomía; 135 kilómetros, respiro tranquilo sabiendo que el coche se ha cargado completamente. Tomo la calle que me lleva hacia la rotonda que cruza la carretera por encima, paso por ella, paso por encima de la carretera, realizo la siguiente rotonda y me incorporo a la autopista. No he hecho ni cuatro kilómetros pero... ¡El indicador de autonomía dice que quedan 110 kilómetros!Ahora sí que empiezo a asustarme.

Situado en el carril derecho como si me fuera la vida en ellomantengo una velocidad media bastante baja. Tan baja es que parece que estoy jugando con autobuses y camiones, pues lo mismo que en determinados lugares les supero debo cederles el paso un poco más adelante porque su ritmo es mayor que el mío. Circulo con miedo. Un ojo puesto en los coches y vehículos industriales que me van alcanzando y superando, el otro fijo en esa cifra de autonomía que se empeña en bajar en progresión geométrica aunque mi ritmo sea lento y sitúe la marcha en D2 (recuperación máxima si exceptuamos la B)

Aprovecho todas las bajadas, limito mi velocidad en las subidas, bajo la temperatura de la calefacción para evitar gastos energéticos innecesarios, no escucho la radio... me pregunto qué otras cosas tendría que hacer para evitar que la autonomía se sitúe en cifras peligrosas.Al tomar el desvío de la M40 parece que he conseguido estabilizar la situación, he recorrido algo más de 30 kilómetros y la autonomía ha bajado algo más de 40... no está mal del todo. Me relajo, observo el tráfico fluido de cuando todavía es demasiado pronto para los atascos y la gente circula con agilidad, y paso la vista por encima de la autonomía el tiempo suficiente para observar con incredulidad que en los últimos dos o tres kilómetros ha habidootra bajada brusca de unos 10 en la autonomía.

¿Asustado? No, asustado no estoy, lo que estoy es completamente ACOJONADO, no tengo la más remota idea de si seré capaz de aparcar en el aeropuerto consuficiente autonomía para volver el próximo día a casa. Mi conducción se convierte en un verdadero estorbo para el resto de usuarios. No paso de ochenta por hora yel carril derecho de la carretera es mi hogar. Sufro con cada kilómetro, la autonomía sigue descendiendo, me acerco a Barajas, encuentro un aparcamiento y, antes de parar el motor, me tomo un momento para ver la autonomía y hacer cálculos:70 kilómetros. Esa es la cifra "meramente orientativa" que ofrece un coche que ha de devolverme a mi hogar dos días después en un camino ascendente de algo más de 50 kilómetros ¿Será capaz de lograrlo? ¿Seré una víctima de la autonomía de los eléctricos? Dentro de un par de días os lo cuento. 

 

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