De nuevo los políticos se dedican a hacer política cuando hablan de la necesidad imperiosa de crear automóviles movidos por energía eléctrica. Enhorabuena, señores, acaban ustedes de enterarse de un problema que la industria de automoción lleva décadas (sí, décadas, no años) intentando solventar. Eso sí, durante el tiempo en que las marcas inviertieron ingentes cantidades de dinero en I+D para buscar soluciones alternativas, los gobiernos no tuvieron ningún reparo en seguir acumulando dinero con impuestos sobre los carburantes sin que ello repercutiera en investigaciones sobre futuro ni en proyectos que hicieran posible una reducción de la importancia de los combustibles fósiles.
Desde que se presentó el Plan 2000E ha habido una especie de bálsamo curativo que ha venido poco a poco paliando las dolencias del sector. No es el remedio que todo lo cura, pero al menos ha servido para hacer que los consumidores se acerquen de nuevo a los concesionarios no sólo para preguntar por nuevos vehículos sino, lo que es mucho mejor, para terminar comprándolos.
contenidos / pág.2 contenidos 1 pág. | Ordena por |