Tradicionalmente y durante las primeras décadas del siglo, el transporte de los automóviles nuevos hasta sus puntos de venta o entrega se realizaba fundamentalmente de dos formas: o bien con los propios vehículos rodando, o bien en vagones abiertos de ferrocarril.
La paulatina mejora de los medios pesados de transporte por carretera y de las propias vías, y la necesidad de dotar de mayor inmediatez a las entregas, provocaron que en nuestro país se comenzasen a transportar los vehículos nuevos por carretera a principios de los años 60.
Estas imágenes que hemos obtenido están fechadas probablemente en los primeros años sesenta, y nos muestran a varios Pegaso del modelo 1.061, más conocidos como “Cabezones” por su gran cabina – sobre los motes de los camiones ya trataremos más extensamente en otra ocasión -, de la empresa Autotrans, transportando coches de una forma un tanto peculiar, con dos vehículos en paralelo en fila por cada piso. Los camiones están matriculados en Madrid en 1.961.
En la primera imagen, tomada en Barcelona, el “Cabezón transporta cuatro
SEAT 1.400-C, modelo aparecido en el mercado en 1.960 – la carrocería de este modelo es similar a la del posterior 1.500 – y seis 600, modelos aún de la primera serie.
En la segunda imagen encontramos ahora dos camiones, pero en esta ocasión realizando un transporte para la filial española de la firma francesa Citroën. En esta ocasión cada uno de ellos transporta también diez vehículos, en este caso furgonetas 2 CV del modelo AZU, que comenzaron a montarse en la planta de Vigo en 1.959.
La anchura de las carrocerías de estos “cabezones” no estaría permitida hoy en día, pero en aquellos tiempos en los que el tráfico era mucho más escaso que ahora, y aunque las carreteras nacionales, eran simplemente eso, carreteras y no autovías como actualmente, esta forma de transporte sería casi revolucionaria. Curiosamente en un país como China, actualmente en vías de desarrollo gracias a su galopante economía, se transportan así los vehículos de algunas de sus 80 firmas automovilísticas. La historia se repite.