Historia de la marca McFARLAN

Antigua fábrica estadounidense de coches de caballos que, a partir de 1910, se dedicó a la construcción de automóviles. Durante algunos años, la McFarlan fue sinónimo de potencia, majestuosidad y refinamiento. La producción de la empresa fue limitada, pero era muy amplia la gama de carrocerías, acabados interiores y accesorios que se ofrecía al cliente para cada modelo.

Desde su aparición, estos automóviles se caracterizaron por una mole imponente y por una gran cilindrada. El primer coche de la marca, que tenía su sede en Connersville (Indiana), fue un modelo de 6 cilindros y 40 CV, para el que se pusieron a punto 6 chasis distintos. Por su refinamiento y perfecta eficiencia, los McFarlan obtuvieron un éxito inmediato, aunque su precio elevado limitó su difusión. Los modelos TyS de 1912-1913 se distinguían por una línea particularmente maciza y por una copiosa serie de accesorios, entre ellos la puesta en marcha mediante aire comprimido.

Para el modelo X de 1915 se adoptó un nuevo motor de 6 cilindros, construido por la Teetor-Hartley, cuya potencia era de unos 90 CV. El coche se equipó además con puesta en marcha eléctrica. El sucesivo tipo Magne-tic, además de ese tipo de arranque, poseía un cambio de velocidades de accionamiento electromagnético mediante pulsadores.

Sin embargo, el modelo que dio más presti-fio a la McFarlan fue el TV (Twin Valve) de 1920, un automóvil enorme equipado con un motor de 6 cilindros en línea, de unos 9.500 ce. El potente motor disponía de 3 bujías por cilindro y de un original sistema de distribución mediante 24 válvulas bilaterales (para cada cilindro existían 2 válvulas de admisión por un lado y 2 de escape por el opuesto). Las versiones más perfeccionadas de este modelo llegaron a costar más de 10.000 dólares.

Al TV siguió el SV (Single Valve), más económico y con el que la marca esperaba aumentar el volumen de sus ventas. Sin embargo, constituyó un fracaso, ya que, frente al reducido precio de compra del coche, figuraba una clase inevitablemente inferior a la que el público esperaba de un McFarlan.

Tampoco obtuvieron gran difusión algunos automóviles con motor de 8 cilindros construidos por la marca en la segunda mitad de los años veinte. Los modelos de 6 cilindros, cuya expresión más potente continuó siendo el TV, se siguieron construyendo hasta 1929. En dicho año, la marca fue adquirida por Errett Lobban Cord.