Sábado - 05.Octubre.2024 |
Como ya he comentado en numerosas ocasiones, en los últimos cuarenta años la longitud total de los coches ha ido creciendo a pasos agigantados y las “necesidades” de los conductores, por decirlo de alguna manera, se han multiplicado hasta el infinito. Hoy en día nadie se extraña al ver las ciudades infectadas de enormes vehículos con estética de todo terreno que se descomponen con sólo intentar subir el bordillo de la acera. Sin embargo, la unión de la empresa relojera suiza Swatch y de la automotriz Daimler Benz tuvo la idea de hace renacer el concepto de vehículo urbano realmente adaptado al tamaño y a los problemas de tráfico de ciudades del siglo XXI.
El concepto de coche pequeño realmente pequeño no es nuevo. En 1936 Fiat lanzó el 500 con sólo dos plazas y tal fue el éxito que se comercializó como Fiat, como Simca y como NSU. Posteriormente, en 1953 salió al mercado también exitoso Isetta, que se llegó a fabricar en España, Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra e incluso Brasil. Posteriormente a estos dos icónicos modelos, el siguiente salto en la búsqueda de un micro-coche nos catapulta directamente hasta principios de los años 90 cuando el por aquel entonces propietario de la empresa relojera Smart Nicolas Hayek anunció a la prensa la intención de lanzar al mercado un vehículo extremadamente pequeño, manejable y económico antes de 1995.
En 1992 se mostró ya un primer anticipo de lo que sería el coche pero para llevarlo a la producción se necesitaba el respaldo de un gran grupo automotriz. Las primeras negociaciones fueron con Volkswagen pero ante la negativa de esta marca, la relojera Swatch contactó con Mercedes Benz y tan sólo unos meses más tarde se presentó en sociedad ya el prototipo Eco Speedster en carrocería cerrada y descapotable, atentos a este detalle, con frontales diferenciados en lo que respecta a la forma de las ópticas principales…
A lo largo del mes de marzo de 1994 se formaliza la creación de la empresa conjunta Swatch – Mercedes Benz con sede en la ciudad suiza de Biena (no confundir con Viena) para la fabricación del coche, aún sin nombre, que estaría impulsado por cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda, fabricados por la empresa AEG.
En 1995 es cuando se pone el nombre Smart al coche, pero también cuando comienzan los desencuentros entre Swatch y Mercedes al negarse está última al desarrollo de cualquier tipo de tecnología eléctrica o híbrida y “obligar” a que el MMC Smart equipase un motor de combustión convencional. No obstante, Swatch consiguió que el vehículo tuviera un cierto carácter ecológico y consiguió seguir el desarrollo de sus pinturas de polvo de recubrimiento sin disolvente y la carrocería de paneles plásticos reciclables.
En 1996 se filtran los primeros datos técnicos que hablan de un motor tricilíndrico de 700 centímetros cúbicos con sobrealimentación. También se producen filtraciones interesadamente estudiadas sobre cómo deberían ser (o haber sido) los concesionarios, con las conocidas “torres Smart” como elemento arquitectónico principal para la venta y almacenaje de los vehículos.
Poco a poco se van conociendo detalles de este coche de tan sólo dos metros y medio de largo. Su frontal se reconoce tanto por su original forma como por la forma de sonrisa de sus ópticas principales o de la rejilla de ventilación. La luna delantera es amplia y envolvente. La parte trasera es quizás mucho más tradicional y estéticamente menos arriesgada, pero lo que realmente llama la atención es la vista lateral con gran parte del bastidor – chasis – estructura a la vista (célula Tridion) pintada en color negro o gris claro.
El interior tiene un diseño muy llamativo tanto en la forma como en la función, pero falla estrepitosamente en cuando a la calidad de los ajustes debido al abuso en el uso de plásticos rígidos o de detalles poco duraderos como las grapas que sujetan el acolchado del respaldo de los asientos. Además los ajustes tampoco son correctos y se muestran totalmente opuestos a lo que se espera de un Mercedes Benz.
La presentación oficial del MCC Smart tiene lugar en el salón de Frankfurt de 1997 con la promesa de comenzar su comercialización unos diez meses más tarde, pero de repente un Mercedes Benz A W168 vuelca durante la prueba del arce y unos meses más tarde le sucede lo mismo a un MCC Smart… y toda la producción se detiene.
Tras este inesperado acontecimiento se realiza un rediseño en la suspensión del MCC Smart que lo hace más duro e incómodo en asfaltos irregulares y se introduce como equipo de serie el control de tracción Trust que la marca vende falsamente como un control de estabilidad. Así mismo, se mejora ligeramente la calidad de los acabados interiores. Con todo esto, el inicio de la comercialización del MCC Smart tiene lugar en julio de 1998.
En el modelo que finalmente llega al mercado se monta un bloque tricilíndrico de 599cc con dos niveles de potencia (45 ó 55cv) ligados a dos niveles de equipamiento (más completo para el motor más potente). En algunos mercados europeos se lanzó incluso una serie limitada equipada con el motor más potente y dotada de aire acondicionado y tapicería de cuero. En cualquier caso, la única transmisión disponible era un cambio manual pilotado de seis velocidades denominada Softip caracterizada tanto por su excelente compacidad como por la lentitud en la ejecución de los cambios. Según el equipamiento, el MCC Smart podía equipar la función SoftTouch para el automatismo total del cambio.
Unos meses después del lanzamiento del coche, el socio suizo Swatch decide retirarse del proyecto ante la decepción de su gerente al ver que el MCC Smart estaba equipado con motor convencional y al ver que la Cámara Alemana no apoyaba el desarrollo de motores eléctricos o híbridos. Otra de las razones del abandono de Swatch fue el precio excesivamente elevado del coche en el mercado en relación a lo que esperaba su gerente. En cualquier caso, la relación entre Swatch y Mercedes Benz finalizó en enero de 1999.
A finales de 1999 aparece el motor diésel de tres cilindros e inyección directa por conducto común con 799cc capaz de entregar 40cv. Su potencia era escasa y su precio exagerado pero llega al mercado en plena efervescencia de los motores diésel y consigue hacerse con un porcentaje importante de ventas.
A pesar de ofrecer unas medidas ideales para la gran ciudad, el precio exagerado seguía limitando las ventas de este vehículo que además no resultaba cómodo ni estaba bien insonorizado. Esto, unido a la gran esfuerzo económico realizado por Mercedes para llevar adelante el proyecto, hicieron que las pérdidas aproximadas por cada vehículo vendido ascendieran casi a 4.000€ a pesar de haberse convertido rápidamente en coche de culto, por lo que se llegó a barajar muy seriamente la cancelación del proyecto.
A lo largo del año 2000 llega al mercado la versión descapotable del MCC Smart dotada de techo y luna trasera de material plástico y unos arcos laterales desmontables. No pude considerarse como un descapotable al uso porque la célula Tridion se mantiene en la parte trasera hasta la altura del techo, pero es justo reconocer que el resultado es sumamente atractivo. Esta versión “descapotable” se reconoce por disponer de una identidad propia en lo que se refiere al diseño de las ópticas delanteras y traseras tal como se había mostrado ya en los primeros prototipos Eco Speedster de 1992. Esta nueva versión pesa sólo 10kg más que la versión cerrada y está disponible con todas las opciones mecánicas excepto con la de 45cv.
Con posterioridad al lanzamiento del modelo Cabrio comienza a comercializase una nueva opción mecánica de 61cv.
A lo largo del año 2002 la marca MCC desaparece para dar lugar la empresa (y marca) Smart y los coches pasan a llamarse City Coupé y City Cabrio. A su vez, los modelos cerrados adoptan el frontal de doble faro de las versiones descubiertas y se introducen una serie de mejoras como al ampliación de la capacidad del depósito de combustible de 22 a 33 litros. Como novedad en la gama aparece el Crossblade con un motor de 70cv pero sin puertas, sin parabrisas, sin techo… y un precio que ronda los 21.000€.
Otro detalle importante introducido en esta actualización fue la incorporación como equipo de serie del control de estabilidad Trust+. Como he dicho anteriormente, el anterior control de estabilidad Trust era un control de tracción.
Por último, el bloque de tres cilindros y 599cc es sustituido por otro de 698cc ofrecido con 50 ó 61cv. La ganancia en potencia no fue espectacular pero sí que se aumentó el par motor y se abandonó la mala fama y calidad del anterior bloque. Por cierto que la capacidad de este nuevo bloque coincide con la idea que originalmente tenía Mercedes.
En el año 2003 aparece la versión más prestacional de los Smart, el Brabus. Este modelo tiene inicialmente 70cv aunque rápidamente pasa a ofrecer 75cv y son muy pocas las unidades que llegan al mercado con el nivel de potencia más bajo. Este nuevo acabado se reconoce por su estética más deportiva, sus enormes llantas y porque sólo está disponible con dos combinaciones de color: gris con célula Tridion gris o negro con célula Tridion negra. Además, el limitador electrónico de velocidad que equipaban los Smart permite llegar a los 150km/h (130 para el resto).
La primera generación del Smart desapareció en el 2007 cuando fue sustituida por la segunda generación, mucho más coche pero mucho menos Smart…
De la primera generación no obstante hay que destacar dos modelos específicos. Por un lado está el modelo eléctrico lanzado en el año 2007 ya en la última fase de su vida comercial. Tiene un motor de 40cv, una autonomía de 110km y se carga en “sólo” 8 horas. La base técnica de este modelo está construido por Zytek y se ofrece sólo en Londres, sólo en régimen de alquiler y sólo a 375 libras al mes… (casi 500€).
Otro modelo interesante es el Smart K disponible sólo en Japón. Aunque parece un Smart normal, el modelo K resulta ligeramente más estrecho que el modelo europeo y equipa durante toda su vida comercial el motor de 599cc. Estas modificaciones sirven para homologarlo como un K-car y disfrutar de numerosas exenciones fiscales en el país del sol naciente.
Yo tuve la suerte de disfrutar de un MCC Smart de 45cv desde 1999 hasta 2006 y recuerdo cada viaje con mucha simpatía y es que como he dicho ya, a pesar de los innumerables defectos del coche, estamos ante un vehículo de culto.