Viernes - 29.Marzo.2024 |
Quien quería comprar un “KDF” tenía que entregar un depósito previo de 5 RM cada semana, hasta que la suma aumentara hasta los 750 MR, -cifra en la que se incluían 2 años obligatorios de seguro- . Pese a todo esto, 337.000 personas reservaron el coche.
Sin embargo, en 1939, Hitler invadió Polonia con su ejército, estallando La Segunda Guerra Mundial. Las pocas unidades que fabricaron fueron a parar al ejército. A ningún cliente se le llegó a entregar nunca el coche. En los años 60, se les compensó parcialmente por ello.
Al término de la guerra, en 1945, la fábrica se encontraba medio en ruinas y las tropas inglesas comenzaron su reconstrucción. Renombraron la ciudad, “Wolfsburg”, que era el nombre de un castillo local. Con la vuelta a la puesta en marcha del coche, también denominaron a la marca “VolksWagen”. Su fabricación fue creciendo poco a poco y en 1948, Heinrich Nordhoff fue nombrado director general de la marca, impulsándola y consolidándola definitivamente. En mayo de ese mismo año, salió de la fábrica el coche número 25.000. Empezó a convertirse en el coche de las masas en Europa y la marca se constituyó como el fabricante de automóviles más grande en el continente, caracterizándose ya por su buena calidad y bajo coste.