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Historia de la marca MERCURY (Definición 2)

Marca comercial de una línea de modelos presentados por la Ford en 1938. Poco antes del estallido de la segunda guerra mundial, la Ford se debatía entre problemas internos (huelgas, producción reducida) y de mercado; la competencia de la General Motors era muy acusada, tanto en los modelos económicos, con la marca Chevrolet, como en los de lujo, con las marcas Oldsmobile, Buick y Cadillac, a los cuales la Ford tan sólo podía enfrentar el refinado pero costoso Lincoln.

En un intento por salir de la crisis de mercado, Edsel Ford, hijo de Henry I, decidió crear una nueva marca que debía colocarse a un nivel medio superior en competencia directa con los Buick y los Oldsmobile de la General Motors. En realidad, sólo se trató de una versión especial de los Ford Zephyr V8 normales que se construían entonces, la cual fue denominada Ford-Mercury precisamente para distinguirla de las diferentes empresas automovilísticas menores que, anteriormente, habían usado dicho nombre.

La presentación tuvo lugar en noviembre de 1938. De la carrocería del Zephyr V8 se pusieron a punto 4 versiones ligeramente más modernas y estilizadas, todas ellas dotadas de un motor Ford V8 que daba 95 CV en vez de los 85 de la versión estándar. La diferencia estética residía sobre todo en la calandra, dotada de una parrilla de líneas horizontales, y en el parabrisas, ligeramente más inclinado hacia atrás.

Las prestaciones de este modelo eran bastante interesantes para aquella época, ya que alcanzaba los 144 km/h y recorría 1/4 de milla con salida parada en 19,1 s. La marca Ford-Mercury que figuraba en los tapacubos se cambió pronto por la de Mercury; el emblema distintivo adoptado fue la cabeza del mensajero alado de la mitología griega.

La producción de este modelo en 1939 superó las 76.000 unidades, muy superior al total alcanzado por los modelos Zephyr, que no superaron los 23.000 ejemplares. También el Mercury, al igual que el Zephyr, se vendía en las versiones de 2 puertas, 4 puertas, convertible y coupé, denominados, respectivamente, modelos 70, 73, 76 y 72, con unos precios comprendidos entre 916 y 1.000 dólares.

Durante el año siguiente, el motor del Mercury permaneció inalterado, mientras que las carrocerías experimentaron ciertos retoques frontales; fueron introducidos por vez primera los sealed beam, es decir, proyectores sellados con las lámparas construidas directamente dentro de la parábola de vidrio cromado. Otra característica de los modelos de 1940 era la palanca del cambio situada en el volante. Junto a las 4 versiones corrientes, apareció también un convertible de 4 puertas, que cabría denominar all weather, pues podía transformarse en un torpedo descubierto completamente. De este modelo sólo se construyeron 1.000 ejemplares.

En 1941 los Mercury experimentaron una discreta renovación estilística. A los coches, que ya pesaban 1.500 kg, se añadieron ulteriormente unos 100 kg más. El bastidor, constituido por 2 largueros unidos por travesanos en X, fue alargado para albergar una carrocería más larga y estilizada, con una calandra de nuevo diseño con motivos horizontales. Probablemente, éste fue el primer intento, al que siguió en la posguerra la línea de parrillas horizontales adoptada en la totalidad de la producción norteamericana. En dicho año se presentó también un station wagón de madera. También en 1941, al igual que durante los años anteriores, la producción se mantuvo a niveles elevados, superiores a las 80.000 unidades.

Al año siguiente, junto a un aumento de la potencia hasta alcanzar 100 CV, se incorporó un cambio automático denominado Liquidma-tic. Aunque estas modificaciones fueron las únicas introducidas, precisamente de esta época data la introducción en serie de los plásticos para muchas piezas de los paneles y de los mandos interiores. Ello se debió, dado el coste bastante elevado de estos materiales, a la falta de metales que comenzaba a afectar a la industria norteamericana durante los años de la segunda guerra mundial. En cualquier caso, dicha innovación tuvo continuación y fue incrementada durante los años cincuenta y sesenta.

Al terminar la guerra, la marca Mercury volvió a presentarse en el mercado con unos 3.000 automóviles fabricados en 1945. Se trataba de la última versión de la anteguerra con una nueva calandra y unos laterales con abundantes cromados horizontales. Tras la muerte de Edsel Ford, en 1943, y el breve período en que Henry I volvió a la presidencia de la sociedad, en 1947 Herry II, con sólo 28 años, fue llamado a dirigir la Ford y, por tanto, también la Mercury. Dentro de la reorganización de la empresa, la Mercury se hizo autónoma con relación a la Ford en cuanto a proyecto y producción.

La acogida que el mercado norteamericano reservó a la Mercury, durante los primeros años de la posguerra, puede expresarse bastante claramente con la relación de 4:1 que esta marca alcanzó con respecto a la Lincoln en cuanto a ventas. En 1948 se consiguió una producción de 154.000 coches, limitada únicamente por insuficiencia de las instalaciones y no por los pedidos de los clientes. El éxito de la Mercury indujo a la Ford a reunir las marcas Lincoln y Mercury bajo una división única denominada L-M División. En *949, el clásico motor Ford V8 con válvulas laterales y un solo árbol de levas en el bloque apareció con una cilindrada de 4.160 ce y una potencia de 110 CV; la relación de compresión era de 6,8:1, pero la innovación más interesante de los modelos de 1949, como ocurrió también con los de la General Motors y la Chrysler, fue la total renovación de las carrocerías. Por vez primera apareció en un Mercury (aunque la Lincoln ya lo había adoptado el año anterior) el lateral liso. También desapareció la calandra en el radiador, substituida por un complicado adorno cromado. Se aumentó el tamaño de los parachoques, que fueron dotados de pesados refuerzos verticales. El parabrisas continuó dividido en 2 piezas por un delgado montante vertical.

En 1950, la versión coupé fue denominada Monterey, nombre que, durante varios años, continuó designando los modelos Mercury de carácter deportivo. En 1952, las carrocerías experimentaron una innovación radical, adoptando una forma estilizada con el maletero siguiendo en mayor grado la forma del habitáculo; el parabrisas delantero pasó a ser una sola pieza, con gran curvatura. Los modelos eran 2: el Custom, de tipo económico, y el Monterey, más refinado y caro. A pesar de que, mientras tanto, la Ford pasó a los motores con válvulas en cabeza, la Mercury conservó el antiguo motor con cámara en L y válvulas laterales, potenciado a 125 CV. La Mercury, que en 1950 fabricó su automóvil un millón, en 1953 alcanzó la cota anual de 320.000 unidades. En el Salón de Chicago de aquel año apareció también un prototipo firmado por el centro estilístico de la Mercury, construido con carrocería de fibra de vidrio y techo de plexiglás.

Mientras tanto, el chasis de serie experimentó una modificación, con la eliminación de los perfiles en X, substituidos por viguetas en forma de caja situadas transversalmente. En 1954, sobre este bastidor se montó el motor con válvulas en cabeza de 4.180 ce, también de 8 cilindros en V, que podía proporcionar 161 CV. Iba alimentado por un carburador de 4 cuerpos, y el cigüeñal estaba dotado de 5 apoyos y no 3 como los anteriores. Sin embargo, a pesar de las características del motor, la nueva línea de modelos fue un fracaso, al igual que ocurrió en la Lincoln. Ello condujo, al año siguiente, a introducir modificaciones en el motor y en la carrocería, que fue alargada considerablemente. Se hallaban disponibles 2 motores, de 188 y 198 CV, ambos con una cilindrada de 4.780 ce. La cifra récord de 430.000 unidades fabricadas, subrayó la acogida que el mercado estadounidense dispensó a los nuevos modelos. Una característica de la parte estética eran los salientes por encima de los proyectores delanteros y el pesado parachoques doble con unos grandes topes situados en sus extremos.

Una ulterior potenciación del motor (225 y 260 CV) se produjo en 1956, conservando la carrocería y convirtiendo la instalación eléctrica a una tensión de 12 V. En este período comenzó también cierta actividad deportiva en el sector de los récords y del Campeonato NASCAR. También aparecieron, junto al Custom y el Monterey, el modelo Modelist, el más económico de la serie, y el Montclair, que era el más caro. Todos los modelos se construían por lo menos en 5 versiones, que iban desde el 2 puertas al 4 puertas, y del coupé al convertible, para finalizar con el station wagón. A ello hay que añadir la gran serie de elementos opcionales que, en aquella época, poseían en Estados Unidos una fisonomía comercial propia capaz de diferenciar cada uno de los modelos.

En 1957 las ventas disminuyeron mucho, a pesar de que se produjo una notable mejora de la calidad con la introducción de las ruedas de 14 pulgadas, suspensiones neumáticas en el tren trasero, transmisión automática con mando mediante pulsadores y un nuevo motor de 290 CV. El descenso continuó en 1958, no obstante la posibilidad de elección entre 4 motores con potencias entre 312 y 400 CV, una nueva carrocería de mayores dimensiones, sobre todo en cuanto a longitud, y un nuevo modelo, el mayor, denominado Park Lañe. La acción de promoción para la nueva marca Edsel contribuyó a olvidar la crisis de mercado que la Mercury estaba atravesando en aquel período.

Tras una leve mejoría en 1959, acompañada por una calandra más sobria y por una reducción de los cromados, que continuaban siendo abundantes, el año 1960 se caracterizó por el lanzamiento del primer compacto con la marca Mercury; se trataba del Comet, equipado con un motor de 6 cilindros, de 2.360 ce, que suministraba 90 CV. El éxito del Comet fue inmediato y su producción alcanzó 20.000 unidades durante el primer año. Este éxito y el fracaso parcial de los lujosos modelos Edsel, convencieron a la Ford para que presentase otro modelo económico con la marca Mercury. Se denominó Metheor, pero sus ventas sólo representaron la décima parte con relación a las del Comet, mientras que los demás modelos en producción, es decir, el Park Lañe, el Montclair y el Monterey, cada vez se parecían más a los modelos Ford correspondientes. En 1962, el motivo de promoción fue una política de asistencia basada en una nueva garantía por 2 años o 40.000 km, con un cambio de aceite cada 10.000 km, un engrase cada 50.000 y anticongelante para 2 años.

Aparte del éxito del Comet y la fisionomía cada vez más deportiva adoptada por la Mercury, en 1964 y 1965 se introdujeron algunas renovaciones estilísticas, como la luneta trasera con la inclinación invertida y los nuevos frontales con proyectores dobles, tanto horizontales como verticales. Simultáneamente, se añadió la línea de modelos S-55, siendo abandonada la Metheor. Sin embargo, las ventas de la Mercury disminuyeron progresivamente hasta descender, por vez primera, en 1967, por debajo de las 100.000 unidades. En 1968 se produjo una ligera mejora, unida a modificaciones interesantes, sobre todo en los laterales, introducidas con el modelo Montego y, en 1969, con los modelos Cyclone y Cougar. Las cilindradas de los motores alcanzaron 7 1, con potencias que llegaban hasta 428 CV.

A partir de 1970, la diferencia entre los Lincoln, los Mercury y los modelos estándar de la Ford se ha ido haciendo cada vez menor, limitada a la potencia de los motores y a un frontal distinto. La gama de modelos comprende: el compacto Comet (normal y QT), disponible con 3 motores entre 85 y 142 CV; el Monterey y el Marquis, con motores de 172 a 198 CV, y el Cougar XR-7, con motores entre 165 y 258 CV.



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